Página 25 del número 100, de septiembre de 2004
pg 46 10/8/04 08:55 Página 1 OPINIÓN Los retos económicos do por las condiciones meteorológicas de cada año; condicionando buena parte de las diferencias de comportamiento de la economía en los ámbitos nacional y regional. La aportación de este sector al crecimiento total es en Castilla y León y en años considerados buenos desde el punto de vista agrario, muy elevada, mientras que en el ámbito nacional la aportación es mínima, tanto por su pequeña tasa de crecimiento como por su menor participación sectorial en el conjunto de la economía. En cuanto al resto de sectores no agrarios, el sector industrial ha crecido en Castilla y León por encima de la media nacional durante el período 1996-2001, de igual modo que la construcción, mientras el sector servicios creció algo menos. En José Luis Díez Hoces Presidente del CES de Castilla y León L a economía de Castilla y León en su conjunto presenta en los últimos años las características de un ciclo expansivo con perfiles de estabilidad y ausencias de desequilibrios, con períodos de crecimiento, estabilización de la actividad entre 1998 y 2000, unos incrementos algo inferiores en 2001 y 2002 y un ligero repunte en el año 2003. Sin embargo, este comportamiento positivo del VAB no se está trasladando totalmente al mercado de trabajo, ya que el ritmo de creación de empleo en nuestra región es algo menor del que los indicadores macroeconómicos en principio harían esperar. Este auge de la economía regional se ha dado en el entorno de una situación de elevados crecimientos de la economía nacional. Desde 1998 hasta 2003, nuestra autonomía ha crecido a un ritmo superior a la media nacional, salvo en 2001, en que el sector agrario sufrió los efectos de una mala cosecha de cereales, que le llevó a registrar un decrecimiento del valor añadido agrario estimado en un 4% y que repercutió en el resultado global de la economía. El sector agrario se encuentra altamente influi- 46 2002 el incremento del valor añadido no agrario fue muy similar en los ámbitos regional y nacional, mientras que las estimaciones correspondientes al año 2003 apuntan un crecimiento superior en Castilla y León (entre el 2,6% y el 2,8% frente al 2,1% para España). A la fecha de elaboración de este artículo, ni la Junta de Castilla y León, ni el INE han publicado aún los datos definitivos de 2003. En 2002, una parte del crecimiento registrado en construcción y servicios se dedicó a compensar las débiles expectativas del sector industrial. Sin embargo en 2003 se produjo un crecimiento de la industria regional, muy superior al nacional, aunque las cifras varían mucho según la fuente estimada. Algo similar ocurrió con el sector servicios, mientras que en la construcción se dio un crecimiento positivo algo inferior al nacional. La publicación definitiva de los datos de 2003 vendrá a confirmar o a modificar esta valoración previa. POR ENCIMA DE LA MEDIA En cuanto a la posición de la economía regional en el conjunto de las comunidades autónomas durante el período comprendido entre 1998 y 2003, Castilla y León se ha situado siempre por encima de la media de comunidades autónomas, excepto en el año 2001, en que los efectos negativos del adverso año agrario se trasladaron al resultado total de la economía regional, situándola por debajo de la media. Otro indicador de interés es la productividad aparente del trabajo, que mide el valor añadido por ocupado. En Castilla y León se caracteriza por ser superior a la productividad nacional en los sectores agrario e industrial, e inferior en la construcción y los servicios, registrándose pocas variaciones en el perí- Nº 100 Septiembre 2004 odo de tiempo estudiado, ya que estas magnitudes tienen una notable estabilidad estructural. Detrás de estos resultados se encuentra la influencia de las buenas cosechas y el proceso continuado de reducción de empleo en la agricultura regional en el caso del sector primario, la especialización de la industria regional en el sector de automoción, y en el caso de los servicios, el mayor peso del sector público en el ámbito regional. En términos globales, hasta el año 2001 inclusive, la productividad de la economía regional se situó por debajo de la nacional, situación que cambia en 2002 y pareció mantenerse en 2003, año para el que se ha previsto que la productividad regional supere a la nacional en un 3,9%. Las previsiones sobre la economía regional que acaba de publicar Hispalink para 2004 son esperanzadoras, al cifrar en un 3,2% el crecimiento, tanto en el PIB como en el VAB, porcentaje éste que situaría a Castilla y León en primera línea del crecimiento, superando notablemente la media nacional. EL FUTURO ¿Y el futuro? Es evidente que los retos para el mantenimiento de incrementos positivos en la economía regional en los próximos años va a depender de factores internos y externos. Apuntaríamos entre los primeros el éxito en nuestra lucha contra la despoblación, sobre todo en jóvenes y mujeres, la reducción de las tasas de temporalidad en el empleo y de las tasas de desempleo femenino y el desarrollo del mundo rural, el éxito en el incremento de la productividad (a cuyo logro está contribuyendo el diálogo social mantenido en la región) y en los programas de internacionalización de las empresas. No hay que olvidar, sin embargo, factores de alguna forma externos, que pueden condicionar nuestra senda positiva de desarrollo que ha producido nuestra salida del Objetivo 1. Las dudas aún existentes sobre la posibilidad (y justa necesidad, sin duda) de que la Unión Europea contemple un periodo de phasing-in para el aterrizaje en el Objetivo 2 plantean el problema que existe en una comunidad rodeada de otras regiones que aún mantienen relevantes ayudas de la UE. Por último, Castilla y León necesita que el ritmo de establecimiento de sus nuevas infraestructuras no sufra retrasos, ya que las mismas serán imprescindibles para el establecimiento de empresas, sobre todo, las que más invierten en I+D+i, lo que ayudará sin duda en nuestra lucha contra la deslocalización.
