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Página 7 del número 99, de agosto de 2004

pg.6-8 14/7/04 08:03 Página 2 EN PORTADA De izquierda a derecha, el arquitecto Richard Rogers y el presidente de Bodegas Protos, Miguel Ángel Carrascal. conectar con la actual bodega mediante un túnel y la dotarán de nuevos espacios para barricas y botellas, tanto para la maduración del vino como para su almacenamiento, y un edificio social con diversos salones, oficinas y zona noble. A partir de esa fecha, al histórico y bello castillo de Peñafiel le sale un duro competidor con la bodega de Protos ubicada a los pies de la colina sobre la que se asienta la fortaleza. El diseño de Richard Rogers, en el que ha colaborado el bufete catalán Balaguer Arquitectos y Asociados, es una reinterpretación actualizada de la construcción tradicional de las bodegas y trata de respetar tanto el paisaje como la arquitectura de la zona, al tiempo que cuida el medio ambiente. Ésta es sin duda una de las características de los edificios de Rogers, que logran el mayor aprovechamiento energético gracias a un diseño innovador. En el caso de las futuras Bodegas Protos, el diseño optimiza las condiciones ambientales para conservar el vino. Además, se protege la fachada sur de la radiación solar directa mediante unos aleros. Asimismo, las aguas subterráneas contribuyen al intercambio calorífico y un sistema de ventilación mixto convierte al aire exterior en fuente de refrigeración sin consumo energético. Unión de las dos bodegas Presentado por el propio Richard Rogers el pasado mes en el Museo Provincial del Vino, en el castillo de Peñafiel (Valladolid), el proyecto de las nuevas instalaciones se une a las actuales mediante un túnel y acoge en su planta inferior una bodega subterránea con una temperatura constante de 14 a 16 grados centígrados para almacenar barricas y botellas. La planta de elaboración, situada encima de la bodega y parcialmente enterrada, alojará los depósitos de fermentación y almacenaje, la planta de embotellado, las máquinas de empaquetado y varias áreas técnicas y zonas de acceso para vehículos. Ambas plantas albergan espacios administrativos y sociales como oficinas, zona de catas e incluso un pequeño auditorio con capacidad para 400 personas. Estos habitáculos se disponen en torno a un jardín semienterrado que proporciona luz natural y con vistas al castillo. El tercer nivel es el de la entrada principal, destinado tanto a empleados como a visitantes. El edificio tiene una base triangular sobre la que se asientan cinco bóvedas parabólicas interconectadas y apoyadas sobre enormes arcos de madera laminada con el fin de crear una estructura ligera. El uso del arco parabólico, el preferido de Gaudí, es un guiño de Nº99 AGOSTO 2004 7

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