Página 29 del número 229, de junio de 2015

asesor obama.qxp_maqueta consis 19/05/15 16:44 Página 2 negocios con apellido 29 para entrar a EE UU, que es un verdadero continente, con 320 millones de habitantes. Es muy grande, para bien y para mal. Si California fuese un país sería la novena economía del mundo. Y en Texas caben dos Españas, por citar sólo un par de ejemplos gráficos. La cuestión no es exportar a EE UU, sino tener definido qué exportar, dónde, cómo y con quién. Por otra parte, has de adaptar tu producto al mercado específico. Y un aspecto importante es buscar socios locales. La dimensión de EE UU también es una parte positiva. Un solo mercado, con un solo idioma, unas leyes, sin aduanas ni diferentes documentos ni trámites. Es necesario buscar socios estratégicos en los diferentes Estados donde quieras entrar. Y por último, entender bien la idiosincrasia norteamericana. No se puede entrar en un país esperando beneficios a corto plazo. n P: En los últimos años varias empresas de Castilla y León se han implantado en EE UU, como el Grupo Antolín, Siro, Matarromera, Incosa o Hiperbaric. ¿Cree que ese fenómeno irá en aumento? n R: Pienso que sí irá más. Las grandes empresas españolas ya han hecho una apuesta clara por el mercado estadounidense y han consolidado su presencia. La asignatura pendiente es para la pequeña y la mediana empresa, que en muchos casos son proveedores de las grandes ya implantadas; y aunque son muy competitivas, aún no han dado ese paso. Estamos asistiendo a la segunda oleada de implantación en el mercado de EE UU. En Castilla y León hay em- presas competitivas y dinámicas, por lo que será un fenómeno al alza. n P: ¿Cuáles son los sectores y los mercados más atractivos de EE UU para las empresas españolas? n R: Los ámbitos de eficiencia energética, renovables, infraestructuras, concesiones públicas, tecnología, alta velocidad, y otros más específicos, como productos ecológicos. España, mercado atractivo n P: ¿Sigue siendo atractivo el mercado español para las empresas de EE UU? n R: Existe clara evidencia de que las empresas norteamericanas no han abandonado su apuesta por España, a pesar de la crisis. Creo que ha cambiado el enfoque. Hace un par de años invertían en sectores más punteros y tecnológicos, como las energías renovables. Pero los cambios legislativos y la falta de estabilidad jurídica en ese sector han provocado un cambio y ahora vemos a muchos fondos de inversión apostando por el sector inmobiliario. Creo que las empresas de EE UU han hecho una apuesta por España que irá en aumento. n P: Usted es un defensor de las energías limpias. ¿Cómo juzga la estrategia de España en este ámbito? n R: Si bien España ha hecho unas reformas fantásticas en algunos ámbitos que han permitido aumentar su competividad y salir de la crisis, creo que en este sector se han equivocado estrepitosamente. Era puntero, vanguardista, creaba empleo de calidad. Nº 229 JUN?15 Una actividad donde España era líder mundial, una actividad de futuro y se lo han cargado. Ha habido un retroceso muy importante. Se han cambiado las reglas del juego a mitad del partido y eso ha tenido un impacto muy negativo en la confianza de los inversores extranjeros, y aunque ahora se está recuperando, ha tenido sus secuelas. n P: En España, el peso de las empresas familiares en la economía es muy elevado. ¿Ocurre lo mismo en EE UU? n R: El tejido empresarial norteamericano se compone en su inmensa mayoría de pequeñas y medianas empresas. Quizá la gran diferencia es que en España hay empresas familiares de más recorrido, sobreviven más que en EE UU, que cuando alcanzan una cierta madurez se venden, se integran, se fusionan, cambian mucho más. Las seis empresas familiares más importantes del mundo son de EE UU, entre ellas Wallmart, Ford o Century Fox. Retos n P: Uno de los principales retos de las empresas familiares españolas es aumentar su dimensión. ¿Qué consejos les daría? n R: Diría lo que en su momento dijo Darwin, que la adaptación al medio es la clave para la supervivencia y es aplicable claramente al ámbito industrial. Creo que cuando las empresas norteamericanas llegan a un cierto tamaño ya están pensando en reinventarse, en adaptarse a los tiempos, fusionarse o buscar alianzas, y eso no sucede en España, que son más rígidas y estáticas.