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Página 21 del número 163, de diciembre de 2009

20-21opi cajas 17/11/09 12:15 Página 2 tres bandas. Por su manifiesta incompetencia, se tienen que conformar con una fusión de dos cajas ejecutada no por sus maniobras, sino por exigencias del guión, es decir, del Banco de España, de la contracción del mercado y del progresivo deterioro de sus balances. En la mayor operación financiera registrada en nuestra comunidad autónoma, en la que verdaderamente hay un interés general, la influencia de los dos partidos mayoritarios ha sido casi nula. Si no es por la dura y alargada crisis, tendríamos seis cajas para rato (de tiempo, no de Rodrigo). Poca cintura Los protagonistas de esta historia casi interminable, las propias cajas, han demostrado por su parte tener poca cintura y nulas artes diplomáticas, pues han transmitido una sensación de que cada una iba a lo suyo al mantener posturas inmovilistas. Las dos mayores querían hacer valer su tamaño en el reparto de poderes en la entidad resultante y la más pequeña, como si fuese la prima donna de esta opereta financiera, aspiraba a tener más peso basándose en su eficiente gestión. Por un porcentaje arriba o un porcentaje abajo, la operación fracasó. Caja de Burgos se apuntó tarde a este proceso, cuando las otras dos ya estaban haciéndose arrumacos, y le ha pasado lo que a los niños que llegan los últimos al campamento, que ?Este episodio destapa las vergüenzas de una comunidad autónoma donde todo reto de dimensión regional, en el que se necesita prudencia, vista larga y paso corto, enseguida es torpedeado al menos desde nueve lugares diferentes? las literas ya están elegidas y tienes que conformarte con la de arriba. Al sumarse con retraso al ménage à trois, lo único que ha conseguido es demorar la unión de la pareja ya felizmente comprometida. Esperemos que la entidad burgalesa tenga un Plan B -algo que no ha presentado al cierre de esta edición- y que durante todo este tiempo haya barajado otros escenarios porque la sombra del Banco de España es alargada. A veces, merece la pena reconocer que es mejor ser cola de león que cabeza de ratón. Ha pasado un año desde que las cajas castellanas y leonesas comenzaron sus escarceos para su integración animadas por el documento pactado entre PP y PSOE y por la recesión; y todo este período sólo ha servido para que el inicial proyecto de fusionar a las seis se quede con la alianza de las dos grandes. En estos largos meses, los directivos de nuestras cajas, sobre todo de las tres que alargaron las negociaciones ya que las más pequeñas se descolgaron a las primeras de cambio, han estado más pendientes de negociar la integración que de gestionar la crisis del mercado financiero. Por eso, conozco a más de un alto ejecutivo de entidades foráneas con presencia significativa en nuestra región que se ha frotado las manos ante el espectáculo: ?las constantes y dilatadas reuniones entre los responsables de las cajas de Castilla y León y los viajes a Madrid con el Banco de España nos han dejado el terreno despejado?, me confesaba. Castilla y León ya no poseerá aquella gran entidad de ahorro a la que aspirábamos en octubre de 2008; nos tendremos que conformar, de momento porque los caminos de Miguel Ángel Fernández Ordóñez son inescrutables, con la fusión entre España y Duero. Eso sí, este episodio destapa las vergüenzas de una comunidad autónoma donde todo reto de dimensión regional, en el que se necesita prudencia, vista larga y paso corto, enseguida es torpedeado al menos desde nueve lugares diferentes. Cánovas del Castillo, consultado en su escaño por algunos diputados sobre la definición del término españoles en la redacción de la nueva Constitución, contestó: ?son españoles los que no pueden ser otra cosa?. Pues eso, son castellanos y leoneses los que ... Nº 163 Diciembre 2009

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