Página 121 del número 142, de marzo de 2008
pg120-121 20/2/08 09:19 Página 2 Recorrido histórico La edad dorada de los balnearios en España se desarrolló desde finales del siglo XIX a principios del XX, donde los cambios sociales, la aparición del fenómeno del veraneo, la suma de la componente lúdica, la mejora de las infraestructuras ferroviarias y la modernización de las instalaciones termales favorecieron la aparición de nuevos clientes, que ya no estaban necesariamente enfermos. Para satisfacer esta demanda, los balnearios incorporaron salas de baile, casinos, quioscos y teatros y atractivas actividades con el objetivo de aumentar y consolidar la nueva clientela. Más adelante, y mientras en España la actividad balnearia decayó por las distintas crisis, recesiones y la propia Guerra Civil, en Europa se consolidó el concepto de villa termal. Y pese a que en los años 50 del pasado siglo se intentó dar un nuevo impulso con la publicación de guías de balnearios y la recuperación de varios edificios, lo cier to es que los visitantes eran más bien escasos. A par tir de 1990 algunos establecimientos consiguieron clientes asiduos, sobre todo en Cataluña, País Vasco y Galicia, al tiempo que se incrementó el interés de las empresas por este nicho de negocio. Otra nueva crisis hizo que los balnearios se mantuvieran casi exclusivamente del programa del Inserso, hasta que la situación mejoró considerablemente a par tir del comienzo del actual siglo, donde los balnearios se han conver tido en una de las opciones de ocio más interesantes por sus beneficios para la salud. Mar Muer to, masajes tahilandeses o balineses basados en técnicas milenarias. Toda esta oferta requiere importantes inversiones por parte de las empresas del sector, tanto para modernizar las instalaciones como para garantizar la formación y profesionalización de su personal. Éste es el gran reto al que tienen que hacer frente las compañías del sector, muchas de las cuales ya han iniciado con el desarrollo incluso de una norma propia que garantiza la gestión de la calidad de sus aguas. Asimismo, los establecimientos per tenecientes al Club Balnearios de España, que depende de la Asociación Nacional de Balnearios (Anbal), cuentan en su mayoría con la Q de calidad como símbolo diferenciador, además de ubicarse en magníficos parajes de la geografía española y poseer un auténtico manantial de agua mineromedicinal. Según Anbal, este sector mantiene una apuesta por la excelencia, al haberse convertido en el colectivo con mayor numero de implantaciones de la Q de calidad del sector turístico. La Asociación de Balnearios de Castilla y León, perteneciente a Anbal, está formada por siete establecimientos termales de la región, como son Corconte y Valdelateja (Burgos); Villa de Olmedo y Palacio de las Salinas (Valladolid); Caldas de Luna (León); y Baños de Ledesma y Retortillo (Salamanca). Por comunidades autónomas, nuestra región ocupa un puesto destacado, pero por detrás de Galicia, con catorce balnearios, y Aragón, Castilla La Mancha y Andalucía, con ocho cada una. Dinamismo El dinamismo del sector tiene un fiel reflejo en la variedad de congresos, ferias y certámenes que se desarrollan a su alrededor. Sin ir más lejos, el pasado mes de enero el Congreso Internacional de Termalismo de la Sociedad de Técnica Hidrotermal, que congregó en Pontevedra a representantes de Europa, Asia y Latinoamérica, concluyó con la Declaración de Cuntis, en la que se reivindica el desarrollo de una nueva política europea en turismo termal, que incluya la necesidad de preNº 142 Marzo 2008 ser var las aguas mineromedicinales y continuar implantando estándares de calidad en estos establecimientos y la importancia de considerar a los centros termales como un factor clave de carácter económico y social, al convertirse en auténticos dinamizadores de las regiones donde se encuentran emplazados, ayudando a fijar población, crear empleo estable, e incluso, contribuir a concienciar sobre la importancia de la protección del medio ambiente. Asimismo, también exige la adopción de una directiva comunitaria específica que reconozca el papel del turismo sanitario y de la cura termal, resalte la necesidad de difundir este tipo de turismo y fomente trabajos de investigación rigurosa que abunden en la validez científica del termalismo. También el pasado mes de enero concitó el interés del sector a nivel internacional en el Salón del Agua y del Bienestar celebrado en Francia. Otra cita muy esperada en 2008 será el Congreso Mundial de Turismo de Salud, que se celebrará en Marbella, y cuyas ediciones precedentes tuvieron lugar en Alemania y en Chipre.
