Página 75 del número 124, de septiembre de 2006
3/8/06 12:48 Página 1 MO pg 75 CITROËN C6 OR T El poder viaja en el asiento trasero l Citroën DS o Tiburón, como se le conocía en España, es uno de los coches más fascinantes de la historia. Aún hoy día, cuando ha pasado más de medio siglo desde su concepción, sigue resultando casi futurista. Aquel automóvil, que fue el favorito del general De Gaulle, ha tenido varios herederos, que siempre se han visto comparados con su predecesor, como el CX o el XM. En el caso del C6, la firma gala ha realizado un enorme esfuerzo por estar a la altura de la pesada herencia. Y ahora yo estaba allí, con un chófer para que la prueba fuera una visión desde todos los ángulos, sentado en uno de los dos asientos individuales, verdaderos butacones calefactados y con regulación eléctrica de respaldo y banqueta ¡Qué espacio tan excepcional y que cuidados detalles! Por citar un ejemplo, en las puertas los huecos para llevar documentos están cubiertos por unas tapas de madera de apertura vertical, al estilo de un mueble art decó. Aprieto un botón y el asiento delantero derecho avanza aumentando el espacio para mis piernas. También destaca su insonorización, que es excelente gracias al perfecto encapsulado de la mecánica y las lunas laterales de cristales laminados. Hablar de Citroën es hacerlo de una suspensión muy particular, en este caso activa de flexibilidad y amortiguación pilotadas que producen una sensación cercana a estar volando sobre el suelo. Al acelerar, la gestión electrónica aumenta el control del balanceo sin disminuir para nada el confort. Pero nos gusta conducir y no queremos que alguien lo haga por nosotros. Sentado en el asiento delantero, encuentro un salpicadero algo masivo y con los botones de la consola central demasiado numerosos y pequeños. Sobre el parabrisas veo proyectada la velocidad o las indicaciones del navegador en un alarde tecnológico verdaderamente práctico, dos términos que no siempre se dan la mano. El motor, de 204 cv y que comparte con el Jaguar X Type fruto de la colaboración entre el Grupo PSA y E Ford, está acoplado a un cambio automático con una gestión orientada a la comodidad y suavidad de respuesta. Es una mecánica diésel biturbo progresiva en la respuesta y que en viajes largos se hace muy agradable. Además, con su consumo medio de nueve litros a los cien kilómetros y contando con el depósito de 72 litros, nos permite una considerable autonomía. El coche resulta muy cómodo, con un equipamiento de alto de gama y numerosos elementos a favor de la seguridad: faros bixenon autodireccionables, alerta por cambio involuntario de carril o un capó que se eleva en caso de atropello para amortiguar el impacto. Y la seguridad activa que supone su riguroso comportamiento. A la pregunta de si realmente vale los casi 50.000 euros que cuesta, que me han realizado en varias ocasiones, la respuesta es afirmativa. El C6 es un heredero que no haría sonrojar al Tiburón, aunque a André Citroën no le habría gustado su peso de casi dos toneladas; pero en el que se sentaría orgulloso el general De Gaulle, siempre en el asiento trasero, por supuesto. Y es que él no se dejaría llevar por el poder alemán. Nº 124 Septiembre 2006 Santiago de Garnica