Página 61 del número 119, de abril de 2006
El coupé sexy ?He diseñado el Brera porque las ganas de Alfa Romeo no se te quitan nunca?, dice Giorgetto Giugiaro, el diseñador del último deportivo del Biscione. Cuando en 2002 presentó en Ginebra el prototipo Brera, su creador lo definió como un deportivo ?muy sexy?. El Brera, que utiliza la plataforma de la nueva berlina 159, es un coupé de buen tamaño: tiene una anchura de 1,83 metros, una longitud de 4,41, una altura de 1,37 metros, y una batalla de 2,52 metros, aunque el profundo ahusamiento del frontal y de la parte trasera le dan una imagen muy compacta. A pesar de sus grandes dimensiones, no resulta tosco. Expresa potencia y solidez, pero combinadas con una armonía de conjunto. La línea exterior es una sucesión de citas a las raíces de la marca milanesa. Así, encontramos en la parte trasera una luneta que recuerda al histórico Giulietta Sprint, o delante un capó con connotaciones de los años cincuenta, cuando lo que dominaba era el emblema engarzado en el centro. Por último, los faros traseros ampliados y las cuatro salidas de escape contribuyen a reforzar la impresión de un potente automóvil deportivo, del mismo modo que los neumáticos generosos y las llantas de aleación de diseño deportivo, que son de serie en toda la gama. El interior no está menos logrado, con un salpicadero, el del 159, con un planteamiento muy deportivo, con buenos ajustes y materiales. Mandos e instrumentación están orientados hacia el conductor, pero echamos en falta huecos para pequeños objetos. Nuestro modelo de pruebas contaba con asientos de corte deportivo y en piel que sujetaban muy bien el cuerpo. Las plazas traseras son para una emergencia: es un coupé 2+2 donde ir detrás sólo es posible en una corta distancia. El maletero es muy generoso para este tipo de modelos al tener una capacidad de 300 litros. La postura de conducción es perfecta, como en todo Alfa y no sólo porque podemos regular el volante en altura y profundidad o el asiento, sino porque en los coches bien concebidos uno se sienta bien y punto. Pulsamos el botón de arranque y el motor cobra vida. En nuestro caso, se trata del 2.2 JTS, un seis cilindros en V de 185 cv, de origen General Motors, pero revisado por los ingenieros italianos. También hay una posibilidad más deportiva: el V 6 de 3,2 litros y 260 cv, con tracción a las cuatro ruedas. Y nos lanzamos a la carretera. No es una mecánica de aceleraciones brutales, pues va acoplada a un cambio de desarrollos largos, pero tampoco perezosa y además tiene una buena respuesta desde bajas revoluciones, con lo cual es muy agradable. En autopista podemos circular a un buen ritmo manteniendo el motor a un régimen tranquilo. Salimos de la autopista y tomamos una carretera de montaña, con muchas curvas. Las suspensiones se han endurecido respecto a las del 159 del que derivan y sujetan muy bien la carrocería, sin resultar incómodas cuando entramos en zonas de mal piso. El comportamiento es muy neutro con unas reacciones predecibles. En conjunto es fácil de conducir. La dirección merece una buena nota y los frenos responden bien aunque se les castigue, pero el tacto del pedal debería ser más preciso, ya que se no se trata de una berlina familiar, sino de un coupé, de un deportivo muy sexy como lo definió su creador y al volante de esta belleza, algo que nos costará unos 33.900 euros en esta versión, resulta muy difícil no sentirse seducido. MOTOR ALFA BRERA 2.2 JTS Santiago de Garnica Nº 119 Abril 2006 61