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Cuándo

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TURISMO poder adquisitivo medio-alto y por esta razón muchas bodegas están cambiando la tendencia y deciden construir restaurantes en sus instalaciones e incluso hoteles. De esta forma, las agencias de viajes podrán ofertar a los touroperadores rutas que incluyan visitas a bodegas, catas y degustaciones culinarias, algo que hasta hace bien poco era impensable. La Secretaría General de Turismo ha prestado asistencia técnica a once territorios vitivinícolas nacionales, entre los que se encuentra la Ribera del Duero y El Bierzo, para convertirlos en un producto turístico, que facilite la comercialización de toda la zona e impulse su desarrollo económico y social. Por su parte, la Junta de Castilla y León propone varias rutas del vino -pueden consultarse en la web www.jcyl.es-, que recorren las distintas denominaciones y que amplían su oferta a los pueblos que atraviesan, su cultura y patrimonio. Moderna sala de catas de Haciendas de España en Salamanca. HOTELES ENTRE VIÑEDOS El enoturismo todavía se encuentra en unos niveles de desarrollo incipiente en nuestra región y son muy pocas las bodegas que han decidido diversificar su negocio y construir hoteles para definir una oferta más amplia y atractiva de cara a la creciente demanda de visitantes atraídos por los famosos vinos de la comunidad autónoma, al tiempo que obtienen unos ingresos extras. Y es que el incremento cada vez mayor del turismo rural -en el que Castilla y León es una potencia y que puede perfectamente ser receptor del enoturismo- y los excedentes de vino del sector -por la proliferación de bodegas, su escasa internacionalización, que se ve perjudicada por la fortaleza del euro y la aparición en los mercados extranjeros de vinos muy competitivos como los australianos, argentinos o los chilenos- son las claves para que el bodeguero quiera convertirse también en hostelero. Para que el negocio tenga el éxito asegurado, la base fundamental es la calidad y la profesionalidad de los nuevos establecimientos. En Castilla y León existen ejemplos de proyectos que han conseguido hacerse un hueco en el mercado del enoturismo, como es el caso de Haciendas de España, filial del Grupo Arco, que ha construido Hacienda Zorita en Valverdón y Hacienda Unamuno en Fermoselle, ambas en la provincia de Salamanca, y que en un futuro próximo se implantará en la Ribera del Duero con Hacienda Abascal. En esta misma denominación de origen, dos bodegas han situado hoteles de cuatro y cinco estrellas junto a sus vides, en Aranda de Duero (Burgos) Torremilanos, y en Quintanilla de Onésimo (Valladolid) Arzuaga, respectivamente. En el Bierzo, el Palacio de Canedo de Prada a Tope es otro ejemplo de enoturismo. Algunas bodegas, que aún no han dado el paso definitivo, sin embargo sí han aprovechado las ampliaciones ejecutadas para incrementar su producción para dotarse de una flexible zona social, que permita la organización de catas e incluso la celebración de comidas de empresa mediante caterings, como la Bodega Hermanos Pérez Pascuas o Emina, del Grupo Matarromera. Nº 109 Junio 2005 Otras basan su gancho para atraer a los visitantes con una marca de prestigio, y sobre todo en el encargo a arquitectos de renombre de sus futuras instalaciones como es el caso de Protos, que ha sido pionera en la región en aplicar esta fórmula puesta en marcha en otras regiones de la mano de Santiago Calatrava, Rafael Moneo, Frank Gehry o Norman Foster. La primera bodega de la Ribera del Duero, como su propio nombre indica -Protos en griego significa primero-, ha apostado por el prestigioso arquitecto Richard Rogers, autor del proyecto que verá la luz en 2006. 23

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