Página 70 del número 97, de junio de 2004
TURISMO Y OCIO pg.70 19/5/04 17:36 Página 1 sibaritas REFINAMIENTO ORIENTAL Escondido tras el Monasterio de Yuste, el Relojero enamora al huésped con sus tintes coloniales, exóticas antigüedades y arte tribal, mientras por los grandes ventanales se cuela la exhuberante primavera extremeña ¿ Por qué Carlos V, el hombre más poderoso de su tiempo, decidió retirarse al Monasterio de Yuste, en un cautivador paraje de la sierra de Tormantos? Aunque el lugar es encantador, el escueto palacete que se mandó construir uno de los emperadores más viajeros y cultivados de la historia resulta extremadamente austero. Para dar respuesta a este interrogante, nada mejor que alojarse en uno de los hoteles rurales con más encanto de España, El Relojero de Yuste, cuyo nombre hace honor a Juanelo Turriano, maestro relojero del emperador, que le acompañó en su retiro. En El Relojero el tiempo se detiene, tan sólo lo rozan las campanas de los ocho monjes jerónimos del Monasterio cuando tocan a vísperas. También lo harán a maitines, pero uno duerme tan profundamente que se despierta avanzada la mañana con el recital de los pájaros extasiados por la exhuberante naturaleza que se cuela por los grandes ventanales de las diez habitaciones del hotel. Todo el establecimiento está impregnado de aroma colonial y de refinamiento oriental, gracias a la extensa colección del anticuario Juan Ibáñez, propietario de varias tiendas en Madrid y alma máter del hotel, junto con otro socio. Como el hombre es egoísta por naturaleza, cuesta difundir un lugar que se quisiera conservar en secreto para disfrutar a solas y, por la misma razón, sorprende que Ibáñez comparta con sus huéspedes las reliquias adquiridas en sus numerosos viajes. Lámparas de Murano, telas de sari, sedas orientales, tejidos de fibras naturales con figuras geométricas decoran las paredes, bancos de sésamo, muebles de teca con diseños más actuales creados en su fábrica de Indonesia, ídolos y exvotos, procedentes del Congo, Zaire, Mali, Papua Nueva Guinea, Java e India. Mención aparte merecen sus escaleras y columnas labradas en madera, estas últimas de templos indios del siglo XVIII, que pueden admirarse durante el desayuno o mientras se disfruta de una cena esmerada con Carpacio de ciervo, Lasaña de boletus con torta del Casar, Atadillo de setas con gambas y guarnición de arroz asiático, Brocheta de pescado y deliciosas carnes de la zona. Tras el deleite gastronómico, un descanso reparador que puede precederse de un delicioso baño de hidromasaje con que cuentan todas las habitaciones y el placer de ver llegar el sueño mientras te hipnotiza el fuego de la chimenea, evocadora junto con los ventiladores del techo de ese rescatado romanticismo colonial. En el verano, el visitante se puede refrescar en la piscina y escuchar cánticos de ranas y grillos bajo la Hotel El Relojero. sombra de olivos, robles y castaños. 70 El Relojero de Yuste Paraje Las Majadillas. Monasterio de Yuste 10430 Cuacos de Yuste (Cáceres) www.elrelojerodeyuste.com Telf 927 19 40 41 Hotel: 9 Precio: 120 euros Decoración: 9,5 Ambiente: 10 Servicio: 8 Desayuno incluido Parador de Jarandilla de la Vera Avda. García Prieto, 1 10450 Jarandilla de la Vera (Cáceres) www.parador.es Telf. 927 56 01 17 Restaurante: 5 Precio: De 30 a 40 euros Pan: 5 Ambiente: 8 Café: 5 Servicio: 6 Bodega: 6 Aseos: 5 Escenario feudal Sólo por recorrer este castillo feudal del siglo XV, propiedad en su día de los condes de Oropesa y donde se alojó Carlos V en su viaje al Monasterio de Yuste, merece la pena hospedarse. Su patio central con palmeras e imponentes muros medievales ofrece una estampa de fortificación colonial allende los mares. Como muchos de los conParador de Jarandilla de la Vera. quistadores de América procedieron de estas tierras y dejaron su impronta también en la arquitectura de sus construcciones, el Parador de Jarandilla de la Vera nos evoca irremediablemente a los fuertes de las islas caribeñas. Las viandas servidas en el espléndido comedor dejan bastante que desear para un marco de estas características. En la ensalada de perdiz escabechada, el ave debió de levantar el vuelo porque brilla por su ausencia, el cuchifrito recalentado y el tiramisú artificial son sólo algunos ejemplos de una carta que debe mejorar sobre la base de unas materias primas de gran calidad como atesora la cocina extremeña, que destaca por su creatividad en Viña La Mazuela, en la cercana Plasencia. Nº97 JUNIO 2004
