Página 80 del número 182, de julio de 2011
pag80 BODEGAS PAR 20/6/11 12:04 Página 1 80 Jaime Suárez, enólogo y director Técnico de la bodega Quínola Suárez. Exprimir la elegancia de la tinta de Toro La bodega Quínola Suárez pone en el mercado 5.237 botellas y 100 ?magnum? de la añada 2008 de su ?garage wine?, procedentes de viñedos de más de 90 años ? En Burdeos aprendes que un gran vino puede ser potente o no, pero si no es elegante nunca será un gran vino?. Esta afirmación de Jaime Suárez, enólogo y director Técnico de la bodega familiar Quínola Suárez, define la filosofía de esta saga vinculada al mundo vitivinícola desde hace décadas. De hecho, su padre, Chano Suárez, fue uno de los fundadores de Mauro hace más de 30 años, y han participado en otros grandes proyectos en Castilla y León, como Leda Viñas Viejas y Bienvenida de Vinos. Jaime tuvo claro desde su infancia que quería hacer vino, ?desde que acompañaba a mi padre a la vieja casona de Mauro y veía las habitaciones llenas de barricas?, apunta. Cuando puso rumbo a Burdeos para estudiar enología, la suerte estaba echada. ?Allí aprendí la elegancia en los vinos, que es mucho más que la teoría y la propia práctica de la elaboración?. Su último año allí resultó clave, pues conoció un nuevo método, mediante la vi- nificación integral en barrica. ?Me pareció que podía adaptarse perfectamente a la tinta de Toro?, añade. Probó el método en Australia con unos resultados ?increíbles? y al volver a casa en 2004 y reunirse con sus hermanos decidieron poner en marcha el proyecto familiar y hacer su propio vino. Así, en 2006 nació Quínola Suárez. Rareza Quínola significa rareza, extravagancia, y eso es precisamente lo que intenta esta bodega, elaborar un vino de Toro que sea singular, ?por ser más elegante de lo normal; y por la manera de hacerse, directamente en barrica, sin acero inoxidable ni bombas?, matiza el enólogo. El concepto de Garage Wine que va unido a este proyecto se traduce en que se trata de un vino único -sólo elaboran una referencia- de muy pequeña producción, con apenas 5.273 botellas de la añada 2008, su tercera cosecha, y por vez primera 100 magnum, que salieron al mercado el pasado mes. No cuentan con bodega propia, sino que han acondicionado una pequeña nave de 120 metros cuadrados, alquilada dentro de otra bodega, ?lo que nos permite ahorrar costes y dedicar toda la inversión a la consecución del vino?, puntualiza Suárez. El objetivo de la bodega es alcanzar las 6.000 botellas de producción. Exportado el 70% de la producción ?Cuando llamo a algún distribuidor y le digo que hago un nuevo vino, de Toro, ya casi ha colgado el teléfono. Al decirle el precio, termina por desmayarse. El mercado nacional está saturado y no puede absorber ni una sola nueva referencia. El internacional no tiene tantos prejuicios?. Esta aclaración de Jaime Suárez, enólogo y director Técnico de la bodega Quínola Suárez, explica que un 70% de la producción de la bodega salga al exterior, principalmente a Suiza, Alemania y EE UU. ?En el extranjero prueban el vino sin importarles cuál sea la denominación de origen, valoran la relación calidad-precio y en función de eso compran o no. En España sólo se valora el coste y no se quiere ni oír hablar de calidad?, asegura. Nº 182 JUL?11 El vino de garaje ha sido caracterizado como ?vino de viticultor cuyos atributos reflejan un distanciamiento del manejo tradicional de su terroir de origen?. Cepas prefiloxéricas El viñedo, de apenas siete hectáreas repartidas en cinco parcelas con cepas prefiloxéricas que superan los 90 años de longevidad y unos rendimientos de apenas 1.200 kilos por hectárea, se encuentra en Argujillo (Zamora). ?Para mí es la zona con más potencial de toda la Denominación de Origen Toro para conseguir el objetivo de vino excepcionalmente elegante, ya que se encuentra a 850 metros de altitud, en contraste con los 650 metros de media de la comarca, y tiene suelos más frescos, lo que nos ayuda a huir de nuestro gran enemigo, que es la sobremaduración?, explica. Quínola es la marca del vino, que en la añada de 2008 cuenta con 24 meses, desde la fermentación alcohólica, hasta la crianza en barrica nueva con una selección de los granos ?más finos? de roble francés. El resultado es un tinto que con 15 grados, ?es de todo menos alcohólico, ni tampoco destaca la madera pese a sus 24 meses?.
