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Página 3 del número 166, de marzo de 2010

3-4 editorial 17/2/10 18:55 Página 1 Educados para repudiar la actividad empresarial Director Alberto Cagigas Directora Comercial Luisa Alcalde Coordinación Juana Daldea Víctor García Vanesa Gómez Diseño Gráfico Marta Higuera Jorge Fernández Corresponsales Ávila Antonio Mayoral Burgos César Presto León Nuria González Antonio Corcoba Palencia Alberto Abascal Salamanca Elena Cordero Segovia Fernando Aranguren Soria Saturio Ugarte Zamora Óscar Alonso Motor Santiago Garnica Fotografía Ana Rodríguez de la Vega Consejo Editorial Roberto Escudero, Francisco Ledesma, José Andrés Lorenzo, Juan Carlos de Margarida, Victoriano Martín, Olga Ogando, José del Ojo, José Ramón Perán, Carlos Sánchez-Reyes, Antonio de Santiago, José Miguel Useros Edita EDICIONES LA MESETA S.L. C/ Miguel de Unamuno, 96 47008 Valladolid Telf: 983 01 81 81 Fax: 983 01 81 82 redaccion@castillayleoneconomica.es Suscripciones Telf: 983 01 81 81 Web www.castillayleoneconomica.es Imprime Maas Depósito Legal VA-247-1996 ISSN 1136-3096 ste país, ahora conocido en la escena internacional como el enfermo de Europa, está necesitado de alcanzar pactos de Estado en varios ámbitos, como economía, energía, configuración territorial o educación. Sobre este último tema, el ministro del ramo, Ángel Gabilondo, se reunió con los consejeros autonómicos, encuentro al que asistió Juan José Mateos por parte de la Junta, para exponerles 104 propuestas con el fin de mejorar el sistema educativo español. No voy a analizar todas las medidas, aunque Alberto Cagigas sólo quiero destacar una: la necesidad de que un futuro cambio acagigas@castillayleoneconomica.es normativo en este área necesite del respaldo de dos tercios del Parlamento, porque no puede ser que cada Gobierno cambie los planes de estudio a su antojo, y así nos va. El Informe PISA, uno de los indicadores más creíbles y seguros de la UE sobre el nivel educativo, nos sitúa en el furgón de cola de los Estados comunitarios, aunque para nuestro consuelo los alumnos de Castilla y León se encuentran a la cabeza de nuestro país en algunos apartados. Otro dato demoledor es que el fracaso escolar en España triplica a la media comunitaria. Aparte de buscar una mayor flexibilidad en el sistema educativo para que los jóvenes puedan seguir estudiando hasta los 18 años, deberían recuperarse en las aulas ciertos valores con los que nos hemos formado varias generaciones: el esfuerzo, el sacrificio, el tesón, el trabajo, la organización, la admiración a los más listos y estudiosos y no al más chusco y el respeto a la figura del profesor. Ya sé que estas cualidades deben inculcarse en el seno de la familia, pero no estaría de más reforzarlas en los centros educativos, si no queremos criar otra camada de la Generación ni-ni, ya saben, ni estudian ni trabajan. Más de la mitad de esta desvitalizada hornada de jóvenes de entre 18 y 34 años dice no tener ningún proyecto por el que se siente ilusionado. Normal, se han amamantado en un entorno donde con cuatro suspensos pasas al siguiente curso y si dejas los estudios, pues te quedas tranquilamente comiendo la sopa boba en casa de papá y mamá. E Imagen del empresario en los libros de texto Otro aspecto que habría que corregir del sistema educativo es la imagen del empresario ofrecida en los libros de texto. La Asociación Madrileña de la Empresa Familiar se ha tomado la molestia de analizar la figura del emprendedor cuando aparece en Educación para la Ciudadanía y en su informe asevera: ?Casi nada de la verdadera esencia de lo empresarial tiene que ver con esa pintura gruesa, estereotipada y falsa que se hace de empresas y empresarios en los libros de texto de Educación para la Ciudadanía, pintura que es la que los niños de nuestro país están aprendiendo, de forma descarada, en los colegios. Ni el empresario es, por esencia, un lobo sanguinario, ni menos un vampiro entregado lascivamente a sus ambiciones desenfrenadas y que chupa la sangre y los bienes ajenos?. Entre otras joyas, la asociación refleja la siguiente recogida de un ejemplar con el que ¿educan? a nuestros jóvenes: ?De cada 100 euros que se declaran, 83 corresponden a las nóminas mientras que sólo 9 corresponden a las rentas que declaran profesionales y empresarios -¿dónde están los ocho euros que faltan para llegar a la centena?, me pregunto-. Los de la nómina son los únicos declarantes que pagan por sus ingresos reales. Declaran una media de 17.624 euros, 8.000 euros más que los empresarios. Algo increíble?. ¡Ya te digo!, que apostillaría un ni-ni. Luego nos extrañan noticias como que las administraciones públicas han generado el triple de empleo que el sector industrial en España durante los últimos años. Las futuras generaciones no sólo no crearán empresas, esos espacios del hampa organizado, sino que además soñarán con ser fun- Nº 166 Marzo 2010

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