Página 33 del número 143, de abril de 2008

pag32-35 18/3/08 09:03 Página 2 meses del año para analizar esa tendencia a la baja, que creo que se está estabilizando, por lo que veo muy prematuro determinar la recaudación final del año 2008. Sólo el 10% del presupuesto depende de los tributos autonómicos, por lo que la incidencia de esa recesión en los ingresos va a ser menor. Hay que actuar con cautela y el Gobierno regional ha sido prudente en la previsión presupuestaria, porque en algunos impuestos muy ligados al sector inmobiliario se preveía una subida por debajo del IPC, al igual que en otras tasas. Por eso, creo que hemos tenido una estimación muy prudente de ingresos para 2008. S P: ¿Piensa introducir algún tributo en el futuro para compensar la caída de esos ingresos? S R: No. La política de la Junta en materia fiscal es pensar que el dinero lo administra mejor el ciudadano. El hecho de haber aumentado los beneficios fiscales significa que hay más dinero en manos de los castellanos y leoneses y no estamos en un momento oportuno para introducir nuevos impuestos. Lo que sí estamos haciendo es intentar gestionar mejor nuestros recursos y controlar mucho mejor los ingresos. ?La política de la Junta en materia fiscal es pensar que el dinero lo administra mejor el ciudadano? Menos ingresos S P: ¿Y tienen cuantificado en qué medida esta recesión inmobiliaria afecta a las arcas de los 2.248 ayuntamientos de la región? S R: No existen estimaciones hasta ahora, incluso muchos ayuntamientos no pueden calcular de momento cómo les afecta la caída de la recaudación por la recesión del mercado inmobiliario. Está claro que van a ver mermados sus recursos, pero no sabemos el impacto ni la profundidad de la recesión de la vivienda. Con la nueva competencia de la Junta derivada de la reforma del Estatuto de Autonomía para velar por la tutela financiera de las entidades locales, podremos a lo largo de este año valorar cómo están los presupuestos municipales. Estamos pendientes de que el Ministerio de Economía y Hacienda firme dos convenios con la Junta de Castilla y León para que nos lleguen por esa vía los presupuestos de las administraciones locales y sus liquidaciones. A partir de ese momento podremos analizar el impacto de la merma de ingresos en las arcas municipales. Estamos detectando que hay un aumento de la solicitud de préstamos por parte de los ayuntamientos, pero sólo llevamos tres meses con esta competencia y es prematuro hacer valoraciones. En la anterior legislatura quedó pendiente elaborar un modelo de financiación para las entidades locales que no las hiciera tan dependientes del suelo y de la construcción y que les proporcionara recursos. Eso no se hizo en cuatro años y confío en que en esta legislatura se aborde tanto el problema de la financiación de las comunidades autónomas como el de las entidades locales. S P: ¿Cuáles son las principales rebajas fiscales puestas en marcha? S R: Destacaría varias. A partir de enero de 2007, la desaparición del Impuesto de Sucesiones entre padres, hijos y cónyuges, que es una medida muy importante desde el punto de vista económico y social. También hay que destacar la desaparición del Impuesto de Donaciones, que permite al donante ordenar en vida su patrimonio. Además quiero resaltar el bloque de medidas fiscales que favorece el acceso a la vivienda a los jóvenes, potenciando que se establezcan en el mundo rural. Nuestra comunidad autónoma tiene una gran superficie con muchos pueblos, que debemos de evitar que se deshabiten. La manera de potenciarlos desde el ámbito fiscal es que ninguna persona menor de 36 años pague un impuesto autonómico cuando adquiera una vivienda. S P: De las 35 ventajas fiscales aprobadas por la Junta, ¿cuáles son las que tienen más repercusión para el bolsillo de los contribuyentes? S R: La que más repercusión ha tenido es la eliminación del Impuesto de Sucesiones, que supuso dejar de ingresar 173 millones de euros; y en 2008, junto a la supresión del Impuesto de Donaciones, 234 millones de euros. Son impuestos que gravaban una parte muy importante del patrimonio que heredaban el hijo o el cónyuge y que muchas veces obligaba a vender parte de ese patrimonio o vender una empresa para afrontar el pago de esos impuestos. Ha sido una medida muy positiva por el ahorro generado en los ciudadanos y por Nº 143 Abril 2008