Página 144 del número 120, de mayo de 2006
pg.144-145 19/4/06 144 145 13:37 Página 1 industria automovilística Los retos de la industria auxiliar del automóvil Los fabricantes de componentes deberán intensificar su internacionalización y sus inversiones en I+D+i en un sector que tiende hacia una nueva concentración Santiago de Garnica En los años 90, la industria auxiliar de la automoción superaba en todo el mundo las 30.000 empresas, a principios de 2000 se habían reducido a 5.600 y para el año 2010 las previsiones señalan que sólo quedarán cerca de 3.500. stos días, mientras reflexionaba sobre la evolución de la industria del automóvil en la última década, coincidió la presentación de la última generación del Renault Espace realizada en tierras abulenses. A ella había acudido con un Espace de 1996 y al retorno de la misma, tras haber hecho bastantes kilómetros al volante del último modelo y ya de nuevo en el antiguo, la primera curva de la carretera me mostró cuánto había cambiado el panorama: entre 1996 y 2006 hay un enorme despliegue tecnológico en los coches en cuanto a frenos, estabilidad, comportamiento y, en definitiva, seguridad. Y ello sin hacer referencia a toda la parafernalia de airbags (uno o ninguno en el antiguo a diez el actual Espace); electrónica que te ayuda a frenar mejor; climatizaciones bizona, cuando antes un aire acondicionado era casi un lujo; navegador; sistema bluetooth para llamar por teléfono; y lo que ustedes quieran imaginar. Todo ha cambiado, menos las limitaciones de velocidad, aunque de eso hablaremos E en otra oportunidad, ya que ahora nos centraremos en analizar el futuro del sector, sobre todo de su industria auxiliar, algo que sin duda preocupa a Castilla y León por razones obvias. Aunque la industria española del automóvil está especializada en la fabricación de turismos de gama media y baja, las unidades producidas en España tienen el mismo grado de desarrollo tecnológico que el resto de modelos de las multinacionales a las que pertenecen. Los fabricantes automovilísticos generalmente se reservan para ellos el diseño del estilo, la fabricación de motores y la producción y montaje de grandes piezas de chapa y de algunos subconjuntos, la pintura de carrocería y el ensamblaje de los equipos y componentes. En general, entre el 60% y el 70% del valor del vehículo proviene de las empresas auxiliares de la automoción, de ahí la gran importancia que los suministradores tienen en el sector, y cada vez tendrán más. Las empresas de componentes han sufrido un importante proceso de concentración. Si en los años 90 el número de proveedores superaba en todo el mundo los 30.000, a principios de 2000 se habían reducido a 5.600 y para el año 2010 las previsiones señalan que sólo quedarán cerca de 3.500, de los que 20 totalizarán la mitad de la facturación. Esto les dará un poder de negociación espectacular frente a los fabricantes. Mejores y más económicos Por eso, en los próximos años la industria auxiliar de la automoción debe hacer frente a dos retos: la innovación y la globalización. El primer aspecto crea muchos dolores de cabeza en España. Los fabricantes europeos han ido delegando parte de su I+D en sus proveedores, y la industria española, que es una de las más fuertes a nivel mundial, tiene que asumir ese aspecto como vital para sobrevivir. Las marcas exigen componentes más fiables, ligeros, que ayuden a reducir el consumo del automóvil, faciliten su reciclado, incrementen la seguridad y la comodidad y, por si fuera poco, más económicos. Por supuesto, ante estas exigencias, y sobre todo la última, los países emergentes buscan su oportunidad apoyándose en salarios más bajos, lo que exigirá a las empresas españolas un enorme esfuerzo para mantenerse competitivas mediante la mejora de los procesos de fabricación, la Nº 120 Mayo 2006