Página 13 del número 118, de marzo de 2006
Bodega Matarromera, en Valbuena de Duero (Valladolid). Rural Emina y el Restaurante La Espadaña de San Bernardo. En el segundo área, el grupo tiene constituida la filial Energías Renovables del Duero para producir electricidad a partir de fuentes alternativas como la biomasa, solar térmica, fotovoltaica y eólica. En la actualidad, la empresa ejecuta varios proyectos relacionados con la generación de energía limpia. PROYECTOS DE I+D+I ? Aparte de una gestión empresarial basada en la eficiencia -?nos exigimos calidad no sólo en nuestros vinos, sino también en la dirección de la empresa?, apunta Carlos Moro-, el Grupo Matarromera se caracteriza por su decidida apuesta por la I+D+i en unos parámetros tal vez sin parangón dentro del sector en nuestra comunidad autónoma. Como reflejo de esta estrategia, la compañía destina una inversión de 4,3 millones de euros a proyectos de innovación durante el período 2005-07. De esta forma, participa en la iniciativa comunitaria Panel Wine, donde Carlos Moro es el coordinador, para diseñar un Panel de Cata Electrónico capaz de evaluar, catalogar y diferenciar distintos tipos de vino de forma similar a un panel de cata humano. Este instrumento permitirá a las bodegas y estaciones enológicas disponer de una medida objetiva y rápida de las características organolépticas de sus caldos. Además, desde Emina se desarrollan proyectos de I+D relacionados con la tercera generación de trazabilidad e innovación tecnológica de los procesos de embotellado, almacenado y etiquetado de vinos. Otras dos líneas de investigación donde Carlos Moro tiene puestas muchas esperanzas por su enorme potencial son el proyecto comunitario Extranat para la extracción de componentes naturales de los frutos y, sobre todo, la obtención de antioxidantes naturales de la piel de la uva. Con este último proyecto, realizado en la Destilería del Duero, se aspira a lanzar una línea de productos cuyos efectos antioxidantes triplican a los existentes en el mercado hoy en día. Las pruebas en el laboratorio ya han demostrado los beneficios del hollejo en este campo y a finales de 2006 se pondrá en marcha un prototipo para su producción industrial. Este innovador antioxidante procedente de la uva se podrá destinar para uso farmacéutico, cosmético y nutrición especializada, ya que puede incorporarse como ingrediente en alimentos como las galletas. Esta investigación avala una vez más que el vino, además de placer, aporta salud, como ya demostró un estudio sobre la Paradoja Francesa: los ciudadanos galos, pese a con- Nº 118 Marzo 2006 13
