Página 102 del número 100, de septiembre de 2004
pg 142 10/8/04 11:46 Página 1 OPINIÓN La comunicación y la empresa P artiendo de un hecho incontestable, cual es la importancia de la comunicación como instrumento que hace posible las relaciones sociales, a nadie debe extrañar que el mundo de la empresa confiera cada vez un mayor y más trascendental papel a las relaciones con los medios de comunicación, dentro de su orden de prioridades. Ya estamos lejos de aquella secular desconfianza entre periodistas y empresarios, hoy prácticamente anecdótica, y en la actualidad todos vemos como el mundo de la empresa destina una parte mollar de sus presupuestos a la creación de grandes gabinetes de comunicación, donde asesores, periodistas, creativos y publicistas diseñan estrategias y campañas encaminadas a trasladar la mejor imagen posible del producto a vender. CARÁCTER SOCIAL Ignacio Ariznavarreta Esteban Director de Comunicación de la Junta de Castilla y León Hasta tal punto es eso cierto, que las empresas se han implicado en los últimos años en todo tipo de acciones de carácter social, con las que se presentan a la sociedad como entidades que no sólo tratan de aportar productos o servicios que obtengan un beneficio, sino que proporcionan una utilidad, que resuelven problemas y, muy especialmente, que tienen alma. En este sentido, no sólo las necesidades de los consumidores sino la calidad de vida que inspira en la opinión pública el interior y el exterior de las empresas, así como lo que éstas aportan al entorno, se convierten en instrumentos vitales que hay que comunicar. Por supuesto, la identidad y la imagen requieren una planificación, pues si ésta no existe, sólo pueden ocurrir dos cosas: que nuestra empresa desaparezca, ya que a ello es a lo que conduce el silencio, la ausencia de comunicación, o que la imagen que traslademos no sea la que defina nuestros objetivos. TRANSPARENCIA Por ello, entiendo que es muy importante dedicar tiempo y esfuerzo al contacto y relación de las organizaciones empresariales con sus diferentes públicos, como lo es también mantener una política de transparencia con los medios de comunicación en los momentos de éxito y en las situaciones de crisis, pues sólo si sabemos crear un equilibrio adecuado, tendremos credibilidad y éxito. La imagen que proyectamos crea opinión. Y esa opinión no está vinculada en exclusiva a la calidad del producto que ofrecemos, ya sea de primera necesidad, de ocio, o cultural. Esa opinión se crea a partir de muchos otros factores vinculados estrechamente a la identidad, a la imagen de la organización. Y por tanto, se trata de un elemento más dentro de nuestra estrategia empresarial. Es, de hecho, una gran responsabilidad. 142 Nº 100 Septiembre 2004 ?Ya estamos lejos de aquella secular desconfianza entre periodistas y empresarios, hoy prácticamente anecdótica?
