Página 84 del número 214, de marzo de 2014
84-86 opi eco 24/2/14 09:52 Página 1 84 opinión Javier Méndez Lirón Economista ? Un país en vías de subdesarrollo Los ocho o diez meses siguientes fueron meses de engaños continuos y traiciones sistemáticas?. Así comienza Dickens el segundo capítulo de su obra The Parish Boy?s Progress, más tarde conocida como Oliver Twist. En este libro hacía una crítica de esa época que tanto juego ha dado en la literatura y el cine (la Victoriana) en la que se llevó a la esclavitud y miseria a muchas personas. Su obra, además, atacaba la hipocresía moral y las buenas palabras de instituciones sociales y órganos de justicia. Durante este período que ocupó dos tercios del siglo XIX, Gran bretaña dominaba los mares y la mayor parte del mundo gracias a su política colonial e imperialista. Fue también un período de migraciones del campo a la ciudad y del nacimiento de una clase media que buscaba su bienestar económico. Pese a ser la gran potencia del momento, la vida en aquellos años dejaba mucho que desear si la miramos bajo la perspectiva del siglo XXI. No se le puede escapar a nadie que avances en todas las áreas nos han llevado a una situación que para sí quisieran los habitantes de las grandes urbes de la época. Por este motivo parece que intentar una comparación entre la sociedad actual y la victoriana que criticaba Dickens resultaría totalmente inapropiada ¿o no? Si echamos un vistazo a la literatura económica, hoy seguramente, criando polvo en las estanterías de las bibliotecas, podemos encontrar las características que definen a un país subdesarrollado. No cabría, por la diferencia temporal, calificar a la Gran Bretaña del XIX de subdesarrollo, pero desde nuestro punto de vista podríamos pensar que, de estar actualmente en esa situación, probablemente se la calificaría en esos términos. Características de las sociedades subdesarrolladas Por mencionar las principales, diríamos que las sociedades subdesarrolladas se caracterizan por tener un elevado nivel de desempleo, elevado índice de corrupción, elevada mortalidad infantil, escasa o nula aportación a la ciencia y tecnología, elevada deuda externa, importantes desigualdades económicas entre sus habitantes, etc. Todos los aspectos mencionados, cuando nos hemos referido con anterioridad a determinadas zonas del globo, principalmente países africanos, iberoamericanos o asiáticos, nos han parecido que eran el reflejo del subdesarrollo y los denominábamos Tercer Mundo, pero y si para evitar la doble moral de la que frecuentemente hacemos gala nos aplicáramos esos mismos criterios, ¿qué ocurriría?, ¿saldríamos bien parados? Vayamos por partes. Si analizamos estos aspectos y comenzamos con la primera característica mencionada, el elevado nivel de desempleo, vemos que con independencia de los comentarios realizados, a la vista de los resultados publicados la tasa de desempleo en España está en niveles alarmantemente altos. Pero tenemos que afirmar que resultaría conveniente hablar también de Nº 214 MAR?14 los que trabajan con alto nivel de precariedad y que siguen buscando otro empleo para poder incrementar su salario. Éstos, aunque no figuren como parados, de alguna manera también lo son. Tampoco nos podemos olvidar de los que han dejado de buscar empleo exhaustos ya de una búsqueda infructuosa. Al unir estos grupos nos encontramos que suponen el 37,3% de la población activa. La tasa oficial de paro seguramente bajará en los próximos meses y años; sólo hay que mirar la pirámide poblacional para hacer esta afirmación puesto que se incorporarán al mercado laboral menos ciudadanos que los que pasen a la edad de jubilación. No obstante, veremos cómo el empleo ya no será una garantía de bienestar y probablemente ni siquiera de supervivencia en muchos casos. La reforma laboral y de las pensiones que lleva implícita la derrota en la lucha por la creación de empleo que garantice las futuras pensiones y un salario digno llevará probablemente a nuevas reformas en el sistema de pensiones y a una mayor devaluación interna ante la presumible falta de reactivación del consumo interno a niveles deseables. Desgaste emprendedor Por otra parte, ya ha empezado a notarse el desgaste emprendedor como refleja la caída del número de autónomos del mes de enero. Parece que además de optimismo hacen falta algo más para pagar las facturas. Así las cosas, es probable que en vez de acabar con la economía sumergida ésta se incremente aún debido al incremento impositivo y a la falta de perspectivas entorno a la consecución de una pensión digna. Quizá estemos