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Página 5 del número 207, de agosto de 2013

5 opi lucas 11/7/13 10:29 Página 1 opinión 5 Unión bancaria a medias E n la fase más dura de la crisis del euro, cuando el foco de los problemas se situaba en el sector financiero europeo (y particularmente el español), mientras las primas de riesgo de los países periféricos se disparaban ante los temores de que la deuda privada financiera contaminara la deuda pública de las economías más débiles, la Comisión Europea, el Eurogrupo y el Consejo Europeo descubrieron la piedra filosofal que iba a acabar con todos los males del planeta tierra: la Unión Bancaria Europea. En 2014 todo el sector bancario europeo funcionaría bajo las mismas reglas: supervisión única asignada al BCE en detrimento de los bancos centrales nacionales que perderían las competencias actuales; un sistema de resolución de entidades bancarias común para todas ellas, que equivale a aplicar a todos los bancos europeos en crisis el mismo sistema de recapitalización o liquidación; y, finalmente, un fondo de garantía de depósitos de ámbito europeo, que cubriría por igual a todos los depositantes de la eurozona. Implantada la unión bancaria se acabarían las crisis financieras y el tan temido círculo perverso que con origen en la debilidad de los balances bancarios terminaba contaminando la calidad de la deuda pública, que a su vez deterioraba la calidad de los activos bancarios, pues una buena parte de la LUCAS HERNÁNDEZ Economista deuda soberana está encajada en los balances bancarios; y vuelta a empezar. La unión bancaria sería el cortafuegos que pondría fin a este círculo tan perverso. Panacea definitiva Ha pasado un año desde que al final de un Consejo Europeo nos presentaron la panacea definitiva que acabaría con las crisis bancarias, y hace unas semanas en un nuevo Consejo las expectativas se han desinflado. Si nos atenemos a la retórica del comunicado oficial y a las declaraciones de los responsables comunitarios, podríamos creer que el proyecto avanza. Pero si analizamos el contenido de los acuerdos, nos encontramos ante una nueva decepción. Baste con adelantar que, según algunos de los asistentes, Alemania habría intentado modificar la denominación de ?unión bancaria?. Hubiera sido un rasgo insólito de sinceridad, tan acostumbrados como estamos a que nos vendan términos ampulosos que no se corresponden en absoluto con los conceptos que tratan de definir. Y una vez más tenemos un proyecto que no cubre las expectativas creadas cuando se lanzó la idea de la unión bancaria. De entrada digamos que la ?unión? pretendida es simplemente parcial, no va incluir a todo el sistema bancario europeo. Desde el inicio Alemania impuso que toda su banca re- gional pública quedara excluida de la integración en el sistema europeo, con normas regulatorias propias y bajo la supervisión del Bundesbank y no del BCE. Esta banca regional, en cierta medida similar al sector de cajas españolas, es el que da cobertura y servicio a familias y pymes, y casualmente (o no) jamás se ha sometido a las pruebas de resistencia que en reiteradas ocasiones se han aplicado a todas las cajas españolas. Que una parte relevante del sector bancario alemán, el más opaco de todos los europeos, quede excluido de la unión bancaria da idea de la falta de ambición y escasa confianza de los responsables comunitarios en la capacidad de su propio proyecto para atajar futuras crisis financieras. Restricciones Pero no acaban ahí las restricciones que gradualmente vamos conociendo sobre los estudios en curso. Las reglas de resolución de entidades en crisis serán dictadas y aplicadas por los Gobiernos de cada país dentro de un marco de referencia aprobado a nivel comunitario. Los fondos necesarios para la recapitalización de bancos en dificultades serán de origen nacional y sólo en última instancia se podrá acceder a fondos comunitarios. Por tanto, ni ni recapitalización directa de bancos, como vendieron pomposamente en el inicio, ni re- Nº 207 AGO?13 glas muy comunes para recapitalizar o liquidar bancos en crisis. Y éste es un asunto muy importante, porque se dilucida ante posibles crisis bancarias quiénes soportan las pérdidas incurridas por esas entidades. La reciente experiencia en España de la quita a los preferentistas entra de lleno en este campo y la solución aplicada ha sido impuesta por la Comisión Europea. Por ello considero que es fundamental que a futuro las reglas sean claras y conocidas de antemano y no improvisadas para cada país y cada problema surgido. Dudas sobre la banca Y, por último, hay otro aspecto que delata también a sus promotores. Me refiero a la exigencia de que antes de la entrada en vigor de la unión bancaria todas las entidades se deben someter a una nueva prueba de resistencia para conocer en profundidad la calidad de sus activos, de manera que todos entren en la unión bancaria saneados y capitalizados previamente por sus respectivos Gobiernos nacionales. Esta exigencia obvia pone sobre la mesa la duda sobre la situación real del sector bancario europeo; dudas nada disimuladas pero sí calladas en la mayoría de los países, que se han beneficiado del ruido continuo sobre la situación del sector bancario español, mientras continúan con alto componente tóxico en sus balances. Espero que por fin llegue la hora de conocer en profundidad y sin tapujos a la banca de Francia, Alemania, Países Bajos, ? En fin, unión bancaria a medias, que hace dudar de que estemos ante la solución final.

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