Página 6 del número 206, de julio de 2013
opi lucas 20/6/13 09:32 Página 1 6 opinión Reestructuración bancaria: suma y sigue S iempre he pensado que la manera más eficaz de resolver un problema es abordarlo con energía, decisión y rapidez, y he dudado de la eficacia de aplicar una terapia gradual porque en la mayoría de las ocasiones la enfermedad y el problema terminan agravándose. Ya comenté en una ocasión que una de las razones de la crisis del sistema bancario español había que buscarla en el gradualismo con el que las autoridades españolas, políticas y financieras, habían abordado la resolución de sus problemas. Y deseaba que tras las últimas acciones concertadas con la Comisión Europea, que propició la recapitalización del sector a cambio de un duro Memorándum de Entendimiento (el famoso MoU), que imponía, entre otras condiciones, la quita para los tenedores de preferentes y subordinadas y su obligada conversión en acciones, deseaba, repito, que supusiera el punto y final del proceso de reestructuración del sector bancario que tanta incertidumbre había creado a los mercados financieros y a las instituciones europeas. Pues bien, el reciente informe de la troika tras la visita a las entidades bancarias y a las autoridades españolas nos deja con la duda de si realmente seguimos escribiendo nuevos capítulos para la ya larga historia de la reestructuración bancaria en nuestro país. LUCAS HERNÁNDEZ Economista De entrada, los representantes de la Comisión Europea, del BCE y del FMI (tres eran tres) señalan en su informe que el proceso ?progresa adecuadamente?, pero (los peros muchas veces son lo relevante) constatan los riesgos que afectan al sector bancario derivados de la alta tasa de paro y de la prolongada recesión de nuestra economía, lo que se puede traducir en un mayor deterioro de los activos bancarios y un incremento de la ya alta tasa de morosidad. El diagnóstico se completa con la afirmación de que aún está en curso el saneamiento total del sector inmobiliario, con el consiguiente impacto adicional sobre la calidad de los activos. El panorama descrito no es muy esperanzador para lograr la necesaria recuperación del crédito bancario. Debilidades Cuando creíamos, mejor dicho, deseábamos dar por cerrada la reestructuración y saneamiento del sector, la troika muestra las debilidades aún presentes y pendientes de resolución definitiva. Una vez más los viejos y conocidos problemas, pero con el agravante de que ha pasado un año más de ajustes ¡graduales! Recuerdo que en el lejano 2008, tras la quiebra de Lehman, las autoridades norteamericanas, británicas, alemanas y holandesas, entre otras, decidieron la recapitali- zación de sus entidades bancarias sin intervención ni control alguno del FMI, CE o BCE. A posteriori se fijaron determinadas condiciones, pero los recursos públicos inyectados en el momento inicial de la crisis beneficiaron a esas entidades y la mayor parte de los recursos están aún pendientes de devolución. En España, entre tanto, nos inclinamos por una terapia gradualista y vamos de reforma en reforma sin ver el final del proceso. Nuevas provisiones Por si no fuera suficiente el dictamen de la troika, nuestras propias autoridades financieras han establecido nuevos criterios para el tratamiento de los créditos refinanciados (inmobiliarios y no inmobiliarios) que necesariamente conducirá a la dotación de nuevas provisiones que seguirán debilitando la cuenta de resultados del sector. No quiero entrar en la cuantificación de las provisiones necesarias, sino preguntar ¿por qué no se abordó el problema de las refinanciaciones conjuntamente con el último paquete de recapitalización con cargo a las ayudas comunitarias, cuando era un problema sobradamente conocido y fácil de cuantificar? La respuesta no puede ser otra que porque estamos instalados en un gradualismo que tiene sus raíces en la confianza en una pronta recuperación de la econo- Nº 206 JUL?13 mía que pondrá fin a los problemas de la mala calidad de los activos bancarios. Claro, que mientras esperamos la ansiada recuperación, la realidad del día a día sigue degradando los fundamentales del sector bancario y así no hay posibilidad alguna de que el crédito fluya de una vez al sector productivo. Y a la vista de las más recientes recomendaciones del BCE, miembro importante de la troika, no tengo muchas esperanzas de que veamos el final del gradualismo, antes al contrario me temo que tenemos por delante un calendario prolongado. Recomienda el BCE a nuestras autoridades políticas que prorroguen el plazo para utilizar los 60.000 millones aún disponibles para recapitalizar la banca española que finaliza el 31 de diciembre y se extienda a 2014. Es una recomendación que expresa serias dudas sobre la evolución de nuestro sistema bancario, coherente con el diagnóstico formulado por la troika. De esta forma resulta difícil recuperar la confianza en nuestro sistema bancario y hace prácticamente imposible que se abra de una vez por todas el grifo para empresas y familias. Reitero el mensaje de que el gradualismo ha sido una fórmula endemoniada que no ha resuelto los problemas; antes al contrario, el paso del tiempo los ha agravado, por lo que han sido necesarias nuevas intervenciones, y lo que es peor, a la vista de las previsiones del BCE (y de la troika), el problema, lejos de solucionarse a corto plazo, requiere de una prórroga para 2014 y sin duda alguna de nuevas medidas. Conclusión: el crédito ni está ni se le espera.