Página 6 del número 205, de junio de 2013
6 opi lucas 22/5/13 11:41 Página 1 6 opinión La empresa sigue sin crédito E n las últimas semanas he terminado saturado de cuadros macroeconómicos y de toda la ensalada de números que suelen acompañar sus presentaciones públicas. Hemos asistido a la revisión de las previsiones del Gobierno, de la Comisión Europea y del FMI casi coincidentes en el tiempo y en las estimaciones de las variables económicas fundamentales; diferencias irrelevantes para mí que me guío por la tendencia y no por las décimas. Ríos de tinta han corrido glosando los distintos cuadros. Más interesante ha sido, en mi opinión, la bajada de tipos de interés del BCE para situarlos en el 0,5%, y en cambio no ha merecido la misma atención mediática. Quizás el que ya estuviera descontado con anterioridad por mercados y analistas ha impedido resaltar la importancia de la medida ante la ausencia de políticas de estímulo del crecimiento. Mejor acogida ha tenido la decisión de la Comisión Europea de alargar el plazo para alcanzar el 3% de déficit público nominal, que beneficia a Francia y fundamentalmente a España, en medio de un debate (¡al fin!) para compatibilizar de forma razonable la consolidación fiscal con determinadas políticas de crecimiento. Parece definitivamente asentada la convicción LUCAS HERNÁNDEZ Economista de que con políticas exclusivamente de austeridad ni vamos a reducir el alto endeudamiento público y privado ni va a ser posible crear empleo. Para no reconocer el error de la política practicada se utiliza el truco de centrar el foco de las exigencias en el déficit estructural (desvinculado del ciclo económico) para permitir más déficit nominal. Financiación Pero sin duda el debate más necesario en estos momentos y el que debe fijar la atención de analistas y responsables políticos y económicos es el que hace referencia a la creación de un mecanismo especial para la financiación de empresas. Todos coinciden en que la política monetaria expansiva del BCE está suponiendo un gran alivio para la banca europea, pero que no se transmite a la economía real y a los sectores productivos. La liquidez abundante que suministra el BCE no llega a empresas y familias, y así no puede haber ni inversión ni consumo. Consecuencia para el cuadro macroeconómico: menos crecimiento. Ante esta evidencia de la falta de crédito a pesar de la abundancia de liquidez hay que preguntarse: ¿qué hace la banca con la liquidez inyectada por el BCE? Para obtener la respuesta no hay más que observar la evolución de los tipos de interés de la deuda pública, con caídas significativas en los últimos me- ses, como consecuencia de las compras masivas realizadas por los inversores institucionales con la liquidez obtenida en el BCE. Pura ley de oferta y demanda. Ahí encontramos explicación para otro de los acontecimientos más señalados en las últimas semanas: la reducción de las primas de riesgo de los países del Sur de Europa. En definitiva, la liquidez se la llevan, una vez más, los Tesoros. ¿Y para las empresas? Volvemos a pedir las soluciones al BCE. Pero el BCE está haciendo su trabajo con eficacia y diligencia: baja los tipos de interés y suministra a la banca toda la liquidez necesaria. Ya he comentado en un artículo anterior que no hay crédito para empresas fuera del circuito bancario; el crédito extrabancario supone volver a experiencias fallidas que no dieron ningún resultado positivo y sí varios fracasos, algunos muy sonados. ¿Qué se pide al BCE para que participe de forma activa en facilitar el crédito a empresas y familias? Descartada, por estrambótica, la concesión directa del crédito por parte del BCE, las propuestas formuladas apuntan a facilitar a la banca el descuento en el BCE de titulizaciones de préstamos a empresas y pymes, en línea con la recompra de cédulas hipotecarias realizadas por el BCE entre 2009 y 2011. No creo que este mecanismo consiga que los bancos decidan abrir la ventanilla a las empresas. Porque el Nº 205 JUN?13 problema reside fundamentalmente en la aversión al riesgo de crédito que mantienen las entidades bancarias tras la burbuja inmobiliaria, que por vía de la gran recesión ha llevado sus índices de morosidad a niveles inasumibles. Es cierto que ha habido un plan de saneamiento y recapitalización, pero los balances no están plenamente limpios. Los datos del Banco de España son concluyentes: la banca española en su conjunto mantiene créditos refinanciados por importe de 88.700 millones con la calificación de créditos normales, y por tanto, sin ninguna dotación para futuros impagos. Y para que no sigamos exclusivamente con la vista puesta en el sector inmobiliario, el Banco de España señala que del total de refinanciaciones sólo el 33% corresponde a ese sector. Es decir, la morosidad real y la latente se han extendido a todos los ámbitos económicos. Mayor papel del ICO Con este panorama interno del sector bancario, pocas dudas podemos tener de que vayan a abrir el crédito a empresas y pymes, ni siquiera a través del mecanismo de descuento en el BCE; porque si el problema fundamental reside en quién asume el riesgo de crédito, este mecanismo no lo resuelve. ¿Solución? La liquidez la aporta el BCE. Y el riesgo de crédito, verdadero problema actual en mi opinión, si no lo puede asumir plenamente la banca por su debilidad financiera, se puede compartir con el ICO a través de líneas de avales. No dirijamos la mirada al BCE, pongamos el foco en el ICO.