Página 6 del número 202, de marzo de 2013
6 opi lucas 21/2/13 11:13 Página 1 6 opinión Imprescindible activar el crédito E l año ha empezado con signos contradictorios. Indicadores que muestran claros síntomas de que seguimos instalados en la recesión y comportamiento de los mercados mucho más favorable que el vivido en los últimos meses de 2012, en lo que algunos quieren ver un reconocimiento explícito de los inversores de las mejores expectativas para la economía mundial y también para la española. Pero la realidad, medida a través de indicadores fundamentales como crecimiento económico, tasa de paro y evolución del déficit público, no nos permite realizar proyecciones optimistas para 2013. Y es que los datos más recientes han sido demoledores: el desempleo se ha situado en cotas máximas y subiendo; el crecimiento en el cuarto trimestre ha sido decepcionante y sin signos de la más leve mejoría; e incumplimiento un año más del objetivo de déficit público, a pesar de la estricta política de austeridad aplicada. Factores que están pesando como una losa sobre el sentimiento de los agentes económicos, que siguen aplazando sus decisiones de consumo y, sobre todo, de inversión, motores del crecimiento y de creación de empleo. Frente a esta dura y persistente realidad, los mercados financieros han organizado su propia fiesta, tanto en Bolsa como en la prima de riesgo. Cier- LUCAS HERNÁNDEZ Economista tamente los mercados cotizan el futuro con anticipación y en ocasiones se convierten en un indicador adelantado de la próxima evolución del ciclo económico, y en este sentido muchos analistas quieren ver en esta reacción de los mercados el anuncio de una próxima mejoría de las economías mundiales. Pero no es menos cierto que los mercados, contemplados en períodos cortos de tiempo, pueden equivocar a analistas y sobre todo a inversores. Porque los que se equivocan son los agentes financieros, no los mercados; éstos se mueven por criterios lógicos que explican la evolución de los precios, aunque no sepamos encontrar las claves que justifican las decisiones de compra y venta de los activos, verdadera razón última del comportamiento de los mercados. Pero eso no es culpa de los mercados, sino de los sistemas imperfectos de análisis manejados por los agentes económicos. He repetido en varios artículos que incluso a toro pasado no acertamos en muchas ocasiones en las explicaciones técnicas del comportamiento del mercado. Especulación En estos momentos sólo quiero llamar la atención de un fenómeno que nos puede dar alguna pista para discernir si estamos ya ante un cambio de tendencia más o menos definitivo o simplemente son movimientos coyunturales (por no decir especulativos) que debemos tomar con cautela. Como a un ahorrador-inversor conservador, lo primero que recomiendo es prudencia, aunque sea a costa de perder las primeras oportunidades; porque en estos momentos críticos como el presente el riesgo de pérdidas cuantiosas es muy elevado. Y el fenómeno que me induce a recomendar mucha prudencia es la elevada volatilidad a la que están sometidos los mercados en este inicio del año. Volatilidad que es un claro síntoma de la falta de estabilidad necesaria para garantizar una tendencia alcista de los mercados. En este contexto, lo recomendable es mantenerse al margen y no extraer conclusiones precipitadas sobre un próximo final de la crisis económica y financiera. Emitir una opinión no tiene costes; una decisión de inversión entraña riesgos elevados. Los primeros síntomas que permitirán confiar en los mercados tienen que venir de la necesaria recuperación del crédito, especialmente a pymes y autónomos. Sin crédito no hay actividad económica sostenible, y los únicos mensajes (y datos) que nos llegan es que el sector bancario no está por la labor. La restructuración continúa, pero no progresa adecuadamente; el crédito solvente es escaso, pero sin nuevas ayudas crediticias las dificultades del sector empresarial Nº 202 MAR?13 se acrecientan y la deuda acumulada se hace problemática; y así se alimenta un círculo perverso. Líneas de avales En fechas recientes han formulado diversas propuestas para activar la concesión de créditos. Dejo a un lado algunas de ellas que buscan la solución fuera del circuito bancario, en un intento de reeditar modelos de desintermediación financiera que han fracasado de manera estrepitosa en España. Aquí y ahora, nos guste o no, no hay vida financiera fuera del sector bancario, y por tanto cualquier solución a la escasez de crédito tiene que pasar por la banca. ¿Y qué se necesita para que los bancos vuelvan a abrir la ventanilla del crédito? Si la razón fundamental de la restricción crediticia es la dudosa solvencia de los deudores, la única vía para romper el círculo perverso pasa por fortalecer previamente la capacidad financiera de las empresas con la apertura de líneas de avales, que en las circunstancias actuales sólo el sector público a través del ICO pude otorgar. Un ejemplo más de colaboración público-privada (ICO-banca), con un beneficiario claro: el sector empresarial más castigado por la crisis como son las pymes y autónomos. La medida no será fácil de implantar, porque los posibles impagos del sistema serán computados como mayor déficit público y la sensibilidad actual no facilita este mecanismo. Pero tenemos que repetir una vez más que el crecimiento debe pasar al primer plano de los objetivos urgentes. Y sin crédito no sólo no hay crecimiento, sino que continuará la sangría económica.