Página 6 del número 198, de noviembre de 2012
6 opi lucas 19/10/12 08:33 Página 1 6 opinión Nuevo modelo económico L a publicación de los Presupuestos para 2013, seguida de la presentación oficial de las previsiones del FMI para los próximos años, ha acaparado los análisis y debates en las últimas semanas, dejando en un segundo plano el tema, pendiente aún de resolver, del rescate o ayuda financiera a la economía española. Nos han abrumado con toda una ensalada de números, datos y porcentajes referidos a múltiples variables económicas, que según las sesudas interpretaciones de los analistas nos llevan a la conclusión de que estamos ante una depresión de manual. Pero como el diagnóstico es sobradamente conocido desde hace meses, para que el debate sea más vivo y atractivo se dirige a polemizar sobre qué dato de crecimiento para 2013 es más creíble: el del Gobierno o el del FMI. Partiendo de la base de que las herramientas actuales sólo permiten aproximarnos a una medida imperfecta de las variables económicas pasadas, entenderán mi escepticismo ante analistas que sacralizan las previsiones futuras, inciertas por naturaleza y, por supuesto, imposibles de cuantificar. Recuerdo con frecuencia a colegas de otras profesiones que la noble disciplina económica no es una ciencia exacta, sino una ciencia social, difícilmente encajable en modelos matemáticos como pretenden a menudo algunos econo- LUCAS HERNÁNDEZ Economista mistas de nuevo cuño. Pongo como ejemplo en muchas ocasiones el grandioso patinazo de la Academia Sueca otorgando durante varios años el premio Nobel de Economía a reputados económetras que se habían distinguido por la construcción de alambicados modelos matemáticos orientados a predecir el comportamiento de mercados e inversores. Alentados por su fama, algunos de los económetras dieron el salto al mundo de la gestión financiera con fondos reales, no con unidades de cuenta virtuales, aplicando sus premiados modelos y se produjo tal debacle en los mercados que fue necesaria la intervención de las autoridades monetarias norteamericanas para evitar una crisis sistémica; tal había sido el fracaso de la aplicación de los modelos predictivos. De manera silenciosa los académicos suecos pasaron a premiar a especialistas en psicología, filosofía y otras disciplinas del estudio del comportamiento humano. Debates estériles Me dirán que a cuento de qué vienen estas disgresiones que nada tienen que ver con la crisis mundial que sufrimos día a día. Muy sencillo: porque los debates actuales, aparte de aburridos, son estériles para la mayoría de los ciudadanos que comprueban que la situación económica ni mejora y ni siquie- ra se estabiliza. Profusión de cifras, sí; pero ninguna idea nueva para un entorno económico y social que ha sufrido una transformación histórica. Tanto dato nos está impidiendo ver el bosque, el horizonte que están contemplando las familias y las empresas en busca de una esperanza. Las experiencias pasadas poco aportan excepto para no repetir errores ya consumados. ¿Y dónde está el debate de las ideas que deberán conformar ese futuro de esperanza? Estamos ante una tarea ingente que implica a toda la sociedad, no sólo al estamento político. Necesitamos la contribución intelectual de todos los profesionales, de la experiencia de los empresarios y su capacidad de emprendimiento y un fuerte liderazgo que movilice a toda la sociedad en esta Empresa (con mayúsculas) que debe desembocar en un modelo económico nuevo. Se califica continuamente de estructural cualquier medida adoptada en la actualidad; y es posible que alguna merezca tal calificativo. Pero la inmensa mayoría no pasan de ser meras costuras que se aplican a un modelo productivo, a un sistema financiero, en fase de descomposición, sin una sola propuesta para configurar un nuevo modelo económico global que sustituya al vigente. Algunos ejemplos. Llevamos cuatro años aplicando medidas Nº 198 NOV?12 reformadoras del sector bancario, pero ¿tenemos en el horizonte el objetivo final al que queremos aproximarnos? Porque si no sabemos dónde queremos ir, difícilmente vamos a llegar; lo más probable es que sigamos bloqueados otros cuatro años. Con relación al modelo productivo, ¿somos conscientes que el sistema económico pasado que nos permitió dar un salto significativo desde el punto de vista económico y social es inservible para los próximos años? De la industria de la construcción nos tenemos que olvidar; incluso la construcción civil tendrá que continuar el proceso de reducción de capacidad, no en vano disponemos de unas infraestructuras más que suficientes. Y así podíamos continuar con otros sectores que han tenido una contribución importante a nuestro crecimiento económico y social en las últimas décadas. Compromiso social Para terminar, quiero reiterar que estamos ante una Empresa que exige el compromiso de toda la sociedad en pleno: la construcción de un nuevo modelo económico y social que nos inspire confianza en una salida de la crisis, capaz de generar crecimiento económico y bienestar a las próximas generaciones. No exijamos a los políticos lo que realmente nos concierne a todos los ciudadanos. Y tengo la certeza de que ese modelo futuro demanda un impulso público a la innovación y a la investigación, que permita dar un salto cualitativo importante en productividad y competitividad para conseguir que el nuevo sistema productivo sea más abierto al exterior para reducir la dependencia de la propia demanda interna.