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Página 3 del número 198, de noviembre de 2012

3 OPINIÓN ALBERTO 19/10/12 08:33 Página 1 Alberto Cagigas acagigas@castillayleoneconomica.es q www.castillayleoneconomica.es/blogs/gacetillero-2-0 q @acagigasperez ¿Cuál es el oficio más viejo del mundo? La actualidad informativa es, a veces, muy traviesa: el mismo día en que la Prensa publicó que la clase política es el tercer problema más importante para los españoles y alcanza su cota más alta de nuestra joven Democracia según el Barómetro del CIS, aparece la noticia de que las comunidades autónomas aumentaron su plantilla en casi 9.600 empleados en 2012. De las reformas estructurales que debíamos afrontar al principio de la crisis, una de las que aún queda pendiente es la de adelgazar una administración pública diseñada en una época de bonanza que garantizaba ingentes ingresos a la maquinaria burocrática, engrasada sobre todo por la burbuja inmobiliaria. Eso se acabó hace ya casi cinco años y apenas se ha hecho nada para adaptarnos a la nueva situación económica, en la que se ha desplomado la recaudación destinada a la estructura administrativa. Los demás han hecho los deberes a la fuerza: el sector financiero se ha concentrado y, por fin, ha creado el banco malo para absorber los activos tóxicos procedentes del negocio del ladrillo, las empresas se han amoldado a la nueva demanda al desaparecer en este período más de 210.000 sociedades mercantiles y las familias se han apretado el cinturón reduciendo su consumo y aumentando el ahorro. Entonces, ¿a qué espera la Administración? Muchos expertos consideran que el drama de España es no haber tenido una situación económica más grave para haber sido intervenida hace tiempo, como Irlanda, Grecia y Portugal. De esta forma, desde Bruselas se nos hubiera impuesto una reforma que nuestros pusilánimes gobernantes se resisten a aplicar: reducir la Administración Pública. A la hora de escribir estas líneas aún no se había decidido sobre una posible intervención suave de nuestro país, pero todo apunta a que será efectiva a lo largo de este mes en un Estado como el nuestro donde la agenda política se antepone a la económica, y así nos va. Los mercados financieros internacionales y las agencias de calificación no se creen la solvencia de España, pese a las ayudas del Banco Central Europeo y de la UE, porque aún no se ha metido el bisturí en una gigantesca administración pública que fagocita recursos, debilita las economías domésticas al tener necesidad de subir la presión fiscal y reduce la competitividad de las empresas al inmiscuirse en la actividad productiva. Los otros países apestados de la UE sí lo han hecho gracias a las condiciones impuestas por la intervención. Por ejemplo, Portugal está a pun- to de despedir a 40.000 empleados públicos temporales, Grecia redujo el número de ayuntamientos de 1.034 a 355 y eliminó a cerca de 25.000 cargos políticos municipales e Irlanda suprimió otros 23.500 empleos públicos. Por contra, en España apenas se han tomado iniciativas en este sentido, dándose la paradoja -por definirlo de una manera suave- de que Alemania, con 80 millones de habitantes, sólo tiene 150.000 políticos, mientras que para administrar 47 millones de españoles son necesarios 445.000 políticos. Y luego alguno se ofende cuando se les califica de casta elitista extractiva de rentas -según la perspicaz definición de César Molinas- o se les avisa de que por ese camino corremos el riesgo de salirnos del euro y volver a niveles de la España de los años 50, como advirtió, entre otros autores, el prestigioso economista vallisoletano Luis Garicano. No hace mucho, la prensa alemana publicó que España no puede permitirse ?17 regiones funcionando como estados independientes, con todos los organismos multiplicados por 17, con 200 embajadas, 50 televisiones regionales en pérdidas, 30.000 coches oficiales o 4.000 empresas públicas que emplean a 520.000 personas, creadas para ocultar deuda y colocar a familiares y amigos sin control ni fiscalización?. En el último libro de Ha-Joon Chang, profesor de Economía Política del Desarrollo en Cambridge, y que sigue la estela de Stiglitz y Krugman a la hora de dar palos hasta en el cielo del paladar a un capitalismo salvaje y ultraliberal, reproduce un chiste que, no sé porqué, me recordó a la situación de España. ?Varios profesionales debatían sobre cuál era el oficio más viejo del mundo. Dijo el médico: -Dios creó a Eva a partir de una costilla de Adán. El oficio más viejo es el de médico. Dijo el arquitecto: -No es verdad, lo primero que hizo fue crear el mundo del caos. Es lo que hacen los arquitectos: crear orden en el caos, luego nuestro oficio es el más viejo. El político, que escuchaba pacientemente, sonrió y les preguntó: -Ya, pero ¿y quién creó ese caos??. Director Alberto Cagigas Directora Comercial Luisa Alcalde Coordinación Juana Daldea, Víctor García, Vanesa Gómez, Esther González Diseño Gráfico Marta Higuera Corresponsales Ávila Antonio Mayoral, Burgos César Presto, León Nuria González, Antonio Corcoba, Palencia Alberto Abascal, Salamanca Elena Cordero, Segovia Fernando Aranguren, Soria Saturio Ugarte, Zamora Óscar Alonso, Motor Santiago Garnica, Fotografía Ana Rodríguez de la Vega Consejo Editorial Francisco Ledesma, José Andrés Lorenzo, Juan Carlos de Margarida, Victoriano Martín, Olga Ogando, José del Ojo, José Ramón Perán, Carlos Sánchez-Reyes, Antonio de Santiago, José Miguel Useros www.castillayleoneconomica.es twitter.com/cyleconomica www.linkedin.com/company/castilla-y-leon-economica www.facebook.com/castillayleoneconomica www.youtube.com/user/cyleconomica Edita EDICIONES LA MESETA S.L. 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