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Página 8 del número 193, de junio de 2012

opi lucas 24/5/12 09:53 Página 2 8 opinión tencia al sector bancario europeo, que puso de manifiesto el déficit de capital de varias entidades españolas. Surge así el tercer paquete legislativo en febrero de 2011 que establece unos requisitos más exigentes de capital y abre la puerta a la aportación por parte del FROB, ahora sí por vía de capital, de recursos públicos para las cajas que previamente hayan decidido su transformación en bancos. Nace el FROB2. Las nuevas exigencias de capital significaron el fin del histórico modelo jurídico de cajas de ahorros, considerado una antigualla en muchas instancias. En 2011, mientras tanto, la crisis inicialmente financiera se ha convertido en crisis económica global que ha arrastrado a Europa a la recesión. Los bancos europeos han salido fortalecidos gracias a las ayudas públicas, la mayor parte ha saneado sus activos tóxicos y los más diligentes han devuelto al menos parcialmente los fondos públicos aportados por los Tesoros. El caso de España ¿Y en España? Yo creo que se cumplieron los objetivos perseguidos. En primer lugar, reducir de manera significativa el número de cajas a través de varios procesos de integración. En segundo lugar, ajustar el exceso de capacidad productiva del sector (oficinas y personal). Y finalmente acabar con el modelo jurídico de cajas de ahorros. El saneamiento de activos y la capitalización de las entidades eran un mero subproducto de los objetivos prioritarios para los diseñadores del plan de reforma. Y todo ello en el contexto de una crisis económica que se había hecho más intensa y profunda. Probablemente se pensó con optimismo que la favorable evolución del ciclo económico permitiría superar el insuficiente saneamiento de los activos tóxicos españoles, concentrados en el sector inmobiliario y que se mantenían en todos los balances bancarios nacionales. Hoy nadie cuestiona de que la desconfianza que transmite España a los mercados tiene su origen en el sector bancario por las dudas, más que fundadas, de que todo el sector sigue reteniendo un importante volumen de activos tóxicos de difícil valoración. En febrero se da un nuevo paso, estableciendo un nuevo régimen de provisiones para conseguir un ajuste más realista de los créditos y activos inmobiliarios reconocidos en los balances como problemáticos. Se habilita un nuevo sistema de ayudas a través del FROB por medio de bonos convertibles contingentes (Cocos), susceptibles de ser convertidos en capital en determinados supuestos. Estamos en el FROB3. La crisis de Bankia y su nacionalización pone de manifiesto que estamos una vez más ante una reforma insuficiente. Y así el 11 de mayo nace un nuevo D.L. que intenta poner punto y final a este largo y ambicioso proyecto de reforma. Se articula en tres capítulos. En primer lugar se endurece el régimen de provisiones para las entidades exigiendo nuevas dotaciones sobre los activos inmobiliarios asociados a la promoción y construcción calificados como ?no problemáticos?. Para hacer una valoración realista de esta medida para recuperar la credibilidad de los mercados, tenemos que esperar al resultado de las otras dos medidas incorporadas en el mismo paquete. Por un lado, se va a encargar a dos expertos la valoración de la totalidad de los activos de las entidades financieras; es decir, no sólo de los activos inmobiliarios. Y adicionalmente se obliga a todo el sector a situar en unas Sociedades de Gestión de Activos (SGA) todos los activos inmobiliarios adjudicados y tendrán como único objeto social la liquidación de los activos a ellas incorporados. Expertos independientes La decisión de encomendar la valoración de activos a expertos independientes es de la máxima importancia. Si se duda de la calidad de los balances bancarios, la única forma de despejar todas las dudas es coger el toro por los cuernos y con la máxima transparencia realizar una valoración de activos. Y es tan importante, que debería realizarse antes de determinar el nuevo marco de provisiones. ¿Qué va a pasar si aparecen nuevas minusvalías en las valoraciones a realizar? Ojalá los expertos confirmen la suficiencia definitiva de las nuevas provisiones. Las SGA van a ser la prueba de fuego para medir el grado de confianza de los inversores en los bancos españoles. Para que estas sociedades no sean consolidables con los bancos que las promueven y puedan liberarse del lastre del ladrillo, su participación debe ser minoritaria, y para ello tienen que conseguir inversores privados que sólo acudirán en la confianza de obtener una rentabilidad atractiva. Descartada la participación pública, la única posibilidad para atraer inversores reside en que las valoraciones sean adecuadas y ajustadas para obtener unos beneficios que cubran los costes de gestión y permita una retribución atractiva a los inversores. Como los activos saldrán de los balances bancarios al valor contable menos las provisiones constituidas, será el momento de comprobar si ese valor neto es considerado razonable por los mercados y en consecuencia si las provisiones son suficientes o no. Por ello me atrevo a decir que las medidas realmente importantes son la creación de las SGA porque nos va a dar el veredicto del mercado sobre el saneamiento de la banca española; y el encargo de una valoración de los activos por expertos independientes, porque va a poner de Nº 193 JUN?12 manifiesto si podemos dar por finalizado el largo proceso de reforma. Hasta aquí las reflexiones de carácter global sobre el conjunto del sector. Pero un análisis riguroso tiene que descender a valorar el impacto sobre las distintas entidades. El sector bancario español es fuertemente asimétrico y cada una de las entidades van a sentir los efectos en sus cuentas de resultados y en su solvencia de manera muy distinta. Las provisiones tienen que estar dotadas a 31 de diciembre contra resultados. Antes del 11 de junio todos los bancos deben presentar sus planes para alcanzar el objetivo. No es descartable que alguna entidad no pueda cubrir con sus ingresos las dotaciones necesarias y, por tanto, entre en pérdidas, situación que con toda seguridad no será aceptada por las autoridades financieras. La solución pasará en este supuesto por nuevas fusiones, como vía para cubrir las provisiones contra recursos propios y acudiendo al FROB3 para recomponer el capital en los niveles de solvencia adecuados. Por eso el D.L. amplía el plazo para presentar proyectos de fusión hasta el 30 de junio. Parece claro, pues, que otro de los objetivos de las nuevas medidas es profundizar una vez más en los procesos de fusión entre entidades. Y siempre que se realizan fusiones no hay más remedio que aplicar nuevos ajustes: de capacidad productiva, de costes para mejorar la eficiencia, del modelo de gobernanza. Debilidad Y para terminar dos últimas reflexiones. Posiblemente la mayor debilidad de todo el proyecto, analizado ahora con visión global, sea su ambición. Mientras las autoridades europeas fijaron como objetivo prioritario el saneamiento de los activos tóxicos y la simultánea capitalización, nosotros hemos querido alcanzar múltiples objetivos, ciertamente complementarios, pero han dificultado enormemente la implantación y la gestión del proyecto; y además desviado la atención del principal problema que tenía (y tiene) el sector bancario español: la concentración excesiva en el sector inmobiliario. Pero si finalmente quedara certificada la solvencia de los bancos españoles, sin ninguna sombra de duda habríamos dado el paso más decisivo para encauzar la salida de la crisis de confianza en la economía española. Sólo entonces estaríamos en condiciones de pensar en la recuperación del crédito a empresas y familias; a corto plazo, con las medidas aprobadas no pensemos que pueda fluir el crédito. Las medidas (suficientes o insuficientes, el tiempo lo dirá) exigirán a las entidades esfuerzos muy intensos y van a drenar recursos para cubrir las provisiones. Y quiero terminar con un recordatorio: sin crecimiento no hay crédito.

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