Página 42 del número 172, de septiembre de 2010
opi eco 21/7/10 140 141 09:26 Página 1 opinión Pymes y autónomos Ana Isabel Martín García Economista stá demostrado que tanto en épocas de crisis como de bonanza, las pymes son el motor que activa la actividad económica de un país. Pero en una crisis tan aguda como la actual, ¿cuál es la situación por la que está atravesando este sector? ¿Cuáles son sus necesidades y sus previsiones de futuro? En estos últimos años ha quedado patente que la mayor carga para las pymes ha sido el incremento de la morosidad, este hecho ha marcado su actuación empresarial reduciendo ventas a fin de blindarse ante las altas tasas de morosidad. Si no hay inversiones, no hay recuperación y esto dificulta en gran medida la recuperación económica tan esperada. Este escenario se complica debido a la falta de financiación, que les cierra el acceso a liquidez y a créditos para iniciar nuevos proyectos empresariales. Según varios estudios, la principal barrera para la creación de empresas para más de un 60% de los encuestados es la falta de financiación. España estaba situada en 2009 entre los primeros cuatro países de la Eurozona con una tasa de porcentaje más alta de rechazo en las solicitudes de préstamos bancarios, pues un 25% de los préstamos solicitados por las pymes fue rechazado. Situación hasta cierto punto lógica, ya que los departamentos de riesgo de las entidades fijaban sus ratios para la concesión de estos préstamos en los datos fiscales facilitados de ejercicios anteriores; tales como 2008 y 2007, datos que reflejaban una caída de los beneficios y las ventas respecto a años anteriores. E Ajustes de las pymes Las pymes en 2010 ya han realizado la mayoría de los ajustes posibles, relacionados con la contención del gasto para adaptarlo a sus nuevos índices de ventas en los mejores casos, porque muchas empresas no han tenido otra salida que el cierre o el concurso de acreedores. Situaciones dramáticas por las que han pasado muchas pymes y autónomos que tras el cierre de su empresa se han encontrado coloquialmente hablando ?con una mano delante y otra detrás?. Autónomos que tras el cierre de su negocio se han visto obligados a intentar incorporarse a un mercado laboral sumamente precario, con contratos temporales no cualificados, con sueldos mínimos y con un endeudamiento fruto de su antigua situación empresarial que les obliga a prescindir de parte de ese sueldo, para seguir pagando una situación que les ha venido completamente impuesta por un sistema que siempre ha cuidado de las grandes empresas, olvidándose de los pequeños empresarios. Reiterándome en el principio de mi artículo, está demostrado que las pymes y los autónomos son el motor de nuestra economía, ¿quién sino está moviendo la mínima recuperación que se ha notado en el primer semestre de este año? Es curioso que en esta situación tan poco alentadora, los datos publicados por la Seguridad Social nos hablan de que tras la bajada de afiliados en el primer trimestre del año, se ha comprobado un aumento de los afiliados al Régimen Especial de Autónomos de casi 10.000 nuevas altas. Por lo tanto, para muchas personas establecerse por cuenta propia es una opción viable y una buena oportunidad de negocio. La reforma laboral y las medidas anticrisis llevadas a cabo por el Gobierno no están haciendo sino empeorar una situación ya muy deteriorada; vamos a analizar alguna de ellas para explicar la repercusión que van a tener. Novedades fiscales Una de las principales novedades fiscales aprobada para 2010, en concreto con su entrada en vigor el 1 de julio, ha sido la subida del IVA en dos puntos para los tipos más altos y en un punto para los reducidos. ¿Es lógico realizar una subida de impuestos a mediados de año, coincidiendo con el inicio de la temporada de vacaciones de verano? ¿Queremos fomentar el consumo o reducirlo? Si el consumo ya está a niveles mínimos, ¿una subida del IVA, que va a encarecer más los productos, va a aumentarlo? Desgraciadamente no, porque la opción que van a tener las empresas es no trasladar esa subida de impuestos a los precios de venta de sus productos, sino que se trasladará en una reducción de sus beneficios. Las empresas se embarcarán en una guerra de precios para intentar atraer un cliente con un nivel de confianza por los suelos y cuya renta disponible ha bajado o puede hacerlo en un futuro, para así colgarse el cartel de el más barato. Eso en el mejor de los casos, porque en muchos otros casos volveremos a oír aquella pregunta histórica de?la factura la quiere ¿con IVA o sin IVA?? La política económica del cangrejo, así podremos denominarla en el futuro. Otra de las novedades ha sido la reducción del gravamen del Impuesto sobre Sociedades, el cual ha establecido para los ejercicios 2009 a 2011 un tipo reducido del 20%, pero supeditado al mantenimiento o creación de empleo. Nº 172 Septiembre 2010