Página 3 del número 172, de septiembre de 2010

editorial 9/8/10 09:50 Página 1 Los que buscaron fortuna en otras latitudes Director Alberto Cagigas Directora Comercial Luisa Alcalde Coordinación Juana Daldea Víctor García Vanesa Gómez Diseño Gráfico Marta Higuera Corresponsales Ávila Antonio Mayoral Burgos César Presto León Nuria González Antonio Corcoba Palencia Alberto Abascal Salamanca Elena Cordero Segovia Fernando Aranguren Soria Saturio Ugarte Zamora Óscar Alonso Motor Santiago Garnica Fotografía Ana Rodríguez de la Vega Consejo Editorial Francisco Ledesma, José Andrés Lorenzo, Juan Carlos de Margarida, Victoriano Martín, Olga Ogando, José del Ojo, José Ramón Perán, Carlos Sánchez-Reyes, Antonio de Santiago, José Miguel Useros Edita EDICIONES LA MESETA S.L. C/ Miguel de Unamuno, 96 47008 Valladolid Telf: 983 01 81 81 Fax: 983 01 81 82 redaccion@castillayleoneconomica.es Suscripciones Telf: 983 01 81 81 Web www.castillayleoneconomica.es Imprime Maas Depósito Legal VA-247-1996 ISSN 1136-3096 efiendo sin el menor atisbo de duda la movilidad de directivos y trabajadores en un mercado globalizado donde sólo una especie vegetal puede aspirar a nacer, crecer y morir en el mismo lugar. Por lo tanto, no entiendo el estéril debate sobre si los licenciados universitarios o de FP de Castilla y León tienen que marcharse a otras regiones o países a buscar su primer empleo, cuando esa prácAlberto Cagigas tica es buena para acumular experiencia, ampliar sus conocimientos, acagigas@castillayleoneconomica.es aprender idiomas y conocer otras culturas empresariales. El reto, sin embargo, es ofrecerles la oportunidad de que vuelvan cuando ya tengan una alta cualificación. En una brutal crisis donde en España somos incapaces de vaticinar el final del túnel porque hemos agotado los recursos públicos en fuegos artificiales, hoy más que nunca necesitamos recuperar ese talento deslocalizado. Quien lo consiga, superará antes la recesión. Lo mismo podemos decir de los emigrantes emprendedores. Esta tierra ha exportado durante siglos mano de obra y espíritus audaces que han generado riqueza en otros territorios. Tal vez, el caso más conocido sea el del leonés Antonino Fernández, presidente del Grupo Modelo, fabricante de la cerveza Coronita y una de las mayores compañías del sector en el mundo. Aunque no de esta magnitud, hay muchísimos más casos de castellanos y leoneses que emigraron de sus pueblos y ciudades para hacer fortuna en otras latitudes; y lo han conseguido gracias a una filosofía de vida que refleja perfectamente Nélida Piñón a través del apasionante protagonista de La república de los sueños, donde narra la intensa vida de un pobre aldeano gallego que llegó a convertirse en un magnate en Brasil: ?cuando huí de casa, conquisté esta libertad con sudor. Al pan que comí, junté el sabor del sudor. Como si fuese agua?. Este verano he tenido la oportunidad de conocer la historia de uno de esos emigrantes emprendedores, que ha logrado levantar de la nada un grupo turístico con presencia en hoteles y restaurantes en varios puntos de España, menos en Castilla y León hasta hace poco. Lo curioso del caso, como ocurre casi siempre, es que pese a triunfar en los negocios con la vieja estrategia de trabajar de sol a sol, reinvertir todos los beneficios, aplicar el sentido común y la prudencia apuntalada por la humildad e inculcar a las nuevas generaciones el espíritu de sacrificio porque nadie regala nada, a estos empresarios de casta siempre les queda la espina clavada de querer fundar un negocio en la tierra que les vio nacer. El empresario que les comento, después de 40 años de trayectoria fuera de nuestra región, encontró el momento y la oportunidad para montar un restaurante en su ciudad natal, que está teniendo un éxito arrollador. Y se sorprende de esta acogida, porque en su memoria permanecen los rescoldos de una patria chica de la posguerra que le negó las oportunidades para poner a prueba su tesón. En Nueva York, pocos turistas visitan la Isla de Ellis, donde se ubicó el centro de entrada de inmigrantes desde 1892 hasta 1954. En ese período, cerca de doce millones de personas atravesaron sus puertas para dispersarse después por toda la nación en el movimiento migratorio más grande de la historia. Dicen que la mitad de la actual población estadounidense podría buscar sus orígenes en estas instalaciones -convertidas en museo- y desde luego ningún otro lugar describe mejor el crisol de culturas que ha forjado el carácter de EE UU. Para descifrar el ADN de la mayor potencia del mundo, hay que comprender el fenómeno de las masivas oleadas de inmigrantes buscando una nueva patria donde pudieran dar lo mejor de sí mismos. Tal vez ocurra lo mismo con Castilla y León, pero al revés; para entender nuestro destino debemos conocer la sangría de los emigrantes emprendedores que, con pena, nunca pudieron demostrar su valía en su propia tierra, que envío al exilio a sus hijos más osados. D Nº 172 Septiembre 2010