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Página 3 del número 167, de abril de 2010

editorial 15/3/10 09:51 Página 1 Población, ¿reto u oportunidad? Director Alberto Cagigas Directora Comercial Luisa Alcalde Coordinación Juana Daldea Víctor García Vanesa Gómez Diseño Gráfico Marta Higuera Jorge Fernández Corresponsales Ávila Antonio Mayoral Burgos César Presto León Nuria González Antonio Corcoba Palencia Alberto Abascal Salamanca Elena Cordero Segovia Fernando Aranguren Soria Saturio Ugarte Zamora Óscar Alonso Motor Santiago Garnica Fotografía Ana Rodríguez de la Vega Consejo Editorial Roberto Escudero, Francisco Ledesma, José Andrés Lorenzo, Juan Carlos de Margarida, Victoriano Martín, Olga Ogando, José del Ojo, José Ramón Perán, Carlos Sánchez-Reyes, Antonio de Santiago, José Miguel Useros Edita EDICIONES LA MESETA S.L. C/ Miguel de Unamuno, 96 47008 Valladolid Telf: 983 01 81 81 Fax: 983 01 81 82 redaccion@castillayleoneconomica.es Suscripciones Telf: 983 01 81 81 Web www.castillayleoneconomica.es Imprime Maas Depósito Legal VA-247-1996 ISSN 1136-3096 uriosa contradicción la de esta etapa de la Historia en la que nos toca vivir. Mientras que los organismos internacionales estudian cómo gestionar en el futuro una población mundial que alcanzará 8.000 millones de personas en 2028 y 9.000 millones en 2054, según las previsiones de Naciones Unidas, en este apartado rincón del planeta tenemos justo el problema contrario, cómo mantener o incrementar el número de habitantes. Como usted ya conocerá, la Junta acaba de diseñar la Agenda para la Población de Castilla y León Alberto Cagigas 2010-20, donde en el preámbulo ofrece un diagnóstico que no me acagigas@castillayleoneconomica.es resisto a resumir porque fulmina muchos tópicos. Según este documento oficial, nuestra comunidad autónoma ocupa la posición 137 de las 292 regiones de la UE en función de la variación de su población en el período 2003-07, es decir, más de la mitad de los territorios comunitarios tiene una evolución demográfica peor que la nuestra; esta tierra presenta profundos desequilibrios territoriales en cuanto a riqueza económica y tendencia poblacional, pero es que en España el 96% de los habitantes vive en la mitad del territorio español, mientras que la otra mitad sólo acoge al 4% restante; el porcentaje de población mayor de 65 años en Castilla y León roza el 22,5%, lo que nos sitúa entre las 16 regiones europeas con esa cifra más elevada -aquí el problema no es tener una esperanza de vida tan alta, sino rejuvenecer la estructura demográfica-; no podemos hablar de despoblación del medio rural cuando el 26,4% de los castellanos y leoneses vive en municipios de menos de 2.000 habitantes, un porcentaje que en el resto de España es cinco veces y media menor; y el flujo de la población de entre 20 y 34 años en el período 2000-08 es positivo en más de 35.000 personas en Castilla y León, lo que desmiente la fuga de jóvenes. Debido a esos guarismos, el Gobierno Herrera modifica la óptica de su política en este campo al asegurar que el reto no es luchar contra la despoblación, sino mejorar la evolución demográfica. ¿Debemos, por lo tanto, quedarnos de brazos cruzados tras conocer estos sorprendentes datos? Pues no, porque como recuerda este informe, la propia UE elaboró un documento sobre cómo afrontar los retos demográficos en Europa mediante un mejor apoyo a las familias para conciliar vida familiar y laboral; promocionar más empleo de calidad; mejorar la productividad y la eficacia económica; integrar a los inmigrantes; y garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas para mantener las prestaciones sociales. Esa política debería aplicarse punto por punto en nuestra región, si queremos conseguir el ambicioso objetivo marcado por la Junta: que Castilla y León se sitúe entre las cien regiones europeas con mayor avance neto de su población en la próxima década, en clara competencia con nuestros vecinos comunitarios. Donde debemos centrar los esfuerzos para superar ese reto es en impulsar el dinamismo empresarial y el desarrollo económico. Ésa es la clave. A lo largo de la historia, los territorios que más han aumentado su población son los que han tenido a la par un fuerte despegue económico. No seremos capaces de retener a nuestros habitantes y de atraer a otros si no garantizamos un empleo y el mejor hábitat para la creación de empresas. Las ayudas, los subsidios, los fondos de las administraciones se terminan agotando, spbre todo en este tiempo de fuerte contracción de los ingresos públicos, y esa población fijada a un territorio de forma artificial se esfumará de la noche a la mañana. Por el contrario, permanecerán las personas que tengan garantizado un puesto de trabajo y una carrera profesional. Cuando viajen por nuestro vasto territorio, verán zonas despobladas y envejecidas que en breve serán borradas por los vientos de la historia; mientras que otras localidades demuestran una gran vitalidad como aval para su futuro. La única diferencia entre unas y otras es que en las segundas hay una industria, un sector productivo, una clase empresarial que garantizan un porvenir para sus moradores. Y es que hasta ahora, resulta inútil intentar fijar a la población mediante decretos y boletines. C Nº 167 Abril 2010

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