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Página 3 del número 154, de marzo de 2009

editorial 18/2/09 17:41 Página 1 El empresario que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina Director Alberto Cagigas Directora Comercial Luisa Alcalde Coordinación Juana Daldea Víctor García Vanesa Gómez Diseño Gráfico Marta Higuera Corresponsales Ávila Antonio Mayoral Burgos César Presto León Nuria González Palencia Alberto Abascal Salamanca Elena Cordero Segovia Fernando Aranguren Soria Saturio Ugarte Zamora Óscar Alonso Motor Santiago Garnica Fotografía Ana Rodríguez de la Vega Consejo Editorial Roberto Escudero, Francisco Ledesma, José Andrés Lorenzo, Juan Carlos de Margarida, Victoriano Martín, Olga Ogando, José del Ojo, José Ramón Perán, Carlos Sánchez-Reyes, Antonio de Santiago, José Miguel Useros Edita EDICIONES LA MESETA S.L. C/ Miguel de Unamuno, 96 47008 Valladolid Telf: 983 01 81 81 Fax: 983 01 81 82 redaccion@castillayleoneconomica.es Suscripciones Telf: 983 01 81 81 Web www.castillayleoneconomica.es Imprime Indipress Depósito Legal VA-247-1996 ISSN 1136-3096 L o dijo muy claro un experto en el sector de la automoción: ?cualquier ayuda que se dé a la industria sin que antes se fomente la venta de coches no servirá para nada?. Efectivamente, ¿para qué quieren destinar los Gobiernos Alberto Cagigas nacional y regional miles de millones de euros a las empreacagigas@castillayleoneconomica.es sas automovilísticas si no somos capaces de reactivar la demanda? Podremos tener las fábricas más productivas y eficientes del mundo, pero los coches no dejarán de amontonarse en los concesionarios si nadie entra a comprarlos. Esta reflexión sobre los apoyos a este importantísimo sector se hace extensible a la mayor parte de las medidas públicas adoptadas, que no han centrado el foco de atención sobre los verdaderos protagonistas del dinamismo de una economía desarrollada: las empresas y las familias. El propio Banco de España señala a la caída del consumo de los hogares como el componente del PIB que más contribuyó a la desaceleración de 2008, por encima incluso de la influencia que tuvo el deterioro de la inversión en vivienda. Según las estimaciones, uno de cada tres parados no cobra ni prestación contributiva, ni subsidio por desempleo, ni renta activa de inserción. Nada de nada. Es decir, más de un millón de personas de los 3,3 millones de desempleados de este país no ingresan ningún euro. Los motivos son varios, como que no han cotizado el tiempo suficiente, llevan parados tantos meses que agotaron el período durante el que tienen derecho a cobrar o son demandantes de primer empleo y no han generado dichos derechos. Y el futuro escenario es peor, porque la cifra de desprotegidos aumentará a corto plazo ya que un elevado número de parados que todavía cobran agotarán la prestación. Algunos calculan que en esta situación se encontrará en mayo hasta el 50% de los desempleados. Los más perjudicados serán los trabajadores que tuvieron un contrato temporal con cortos períodos de cotización, como son mujeres, jóvenes e inmigrantes. ¿Son éstas las personas que comprarán coches o será alguno de los cuatro millones de parados que tendrá este país al finalizar 2009? ¿Y quién puede generar empleo? Pues hasta que no se demuestre lo contrario, las empresas y, sobre todo, las pymes, que representan el 99% de los negocios en España. Y algo se está haciendo mal cuando durante 2008 se dejaron de crear 37.700 empresas en nuestro país, es decir, un 26% menos que en 2007, mientras que en Castilla y León esa caída fue más acusada al rozar el 32%. Hasta ahora, las administraciones públicas han aprobado varias medidas para reactivar la economía, como el famoso plan de financiación para los ayuntamientos por 8.000 millones de euros diseñado por el Gobierno central; o el nuevo plan de choque de la Junta, en el que se compromete a licitar obras por valor de 1.000 millones y convocar subvenciones por otros 2.000 millones en el primer trimestre de 2009. Pero los efectos de esas iniciativas tardarán en notarse y mientras tanto muchas pymes se quedarán en la cuneta. Uno de los grandes problemas que afecta a las pymes, y tal vez el principal, es la falta de liquidez. Las ayudas del Gobierno de la Nación a la banca no se han trasladado a las empresas, por mucho que insistan los responsables del sistema financiero, porque no conozco a ningún empresario que no se queje de las dificultades para acceder a la financiación externa, incluso para apoyar proyectos viables. Ahora mismo hay empresas competitivas que tienen condicionada su supervivencia por los problemas de tesorería derivados del retraso de los pagos, el repunte de la morosidad y la imposibilidad de renegociar sus líneas de crédito con las entidades financieras. Con este panorama, no es de extrañar que muchos empresarios piensen como la singular protagonista del último bombazo editorial de novela negra escrita por el periodista sueco ya fallecido Stieg Larsson: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina. Si alguien quiere evitar el incendio, que apruebe ya medidas efectivas para inyectar liquidez a las pymes con el fin de generar empleo y reactivar la demanda interna. Nº 154 Marzo 2009

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