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Página 14 del número 153, de febrero de 2009

editorial 14 15 26/1/09 09:43 Página 2 editorial/opinion riesgos, volcarse con los clientes fieles, asegurar las operaciones, reducir la expansión geográfica, disminuir las inversiones por las dificultades para conseguir financiación ajena y congelar la diversificación para centrarse en el core business. En definitiva, plegar velas y esperar a que amaine la tormenta per fecta. El hábitat económico y financiero ha experimentado una profunda metamor fosis, los consumidores cambian sus hábitos (impera el cocooning, o dicho en román paladín, la gente no sale de casa para no gastar y su ocio se reduce a las cuatro paredes del hogar), y los ar tículos que se compran son más baratos y de menor valor añadido. Hace poco, el director de un concesionario de automóviles de gama alta y un afamado cocinero me hicieron, por separado, la misma reflexión: su clientela se había reducido en un 20%, pero su facturación en un 40%, ¿por qué? En el primer caso, porque los conductores compran coches sin extras y con la motorización de menor potencia, en definitiva, la versión más barata de un modelo; y en el segundo, porque la gente ya no pide ni aperitivos ni postres y sólo quiere una copa de vino joven, en vez de una botella de elevado precio de alguna prestigiosa bodega. their options, reducing geographical expansion, reducing investments because it is difficult to get external financing and freeze diversification to focus on the core business. In shor t, take down the sails and wait for the per fect storm to pass. The economic and financial situation has experienced a Copernican turn, consumers have changed their consuming habits (people are cocooning in their own houses so they do not spend any money, and leisure is limited to inside the four walls of their homes), and people buy the cheapest items, with the least added value. Recently, a high-range car dealer and a famous cook reflected on the same thing, separately: their number of customers had dropped by 20%, while their turnover had dropped by 40%. Why? In the first case, because drivers buy cars without any extras and with smaller engines, that is, the cheapest version of a cer tain model; and in the second case, because people have stopped ordering appetizers and desser ts, and only ask for a glass of new wine, instead of expensive wine from a famous cellar. Returning to the Old Economy Volver a la Vieja Economía La empresa debe reinventarse también de puer tas adentro, con una gestión basada en la Vieja Economía, pues ya hemos visto a qué conduce la especulación sin freno, la irresponsabilidad y los riesgos elevados. Ya advir tió Pessoa a principios del siglo XX que el derecho a triunfar hoy en día se consigue ?con los mismos procedimientos con que se conquista el internamiento en un manicomio: la incapacidad de pensar, la amoralidad y la hiperexcitación?. Crecer menos, pero más seguros, y con los márgenes lógicos de cualquier negocio. Lo malo del auge de la actividad inmobiliaria durante estos últimos años en España es que su modelo se extendió a otras actividades y se cometieron muchas frivolidades, vía financiación externa, con tal de mantener alzas de dos dígitos y plusvalías desorbitadas, a veces gracias a la ingeniería financiera. Una cosa es la ambición, propia de cualquier empresario con aspiraciones, y otra la codicia, que obnubila la mente. Así pues, ha llegado el momento de cercenar los malos hábitos en las empresas, porque como dijo Heine, después de las grandes tragedias, acabamos siempre por sonarnos la nariz. Business must reinvent itself inwards, too, with a management system based on the Old Economy, because we have seen the results of unlimited speculation, irresponsibility and high risks. Pessoa, at the beginning of the 20th centur y, already warned that the right to succeed today is achieved ?with the same procedures as one manages to get put in a mental hospital: the inability to think, amorality and hyperexcitement?. Less growth, but solider, and with the logical margins of any business. The problem with the increase of real estate activity over the past few years in Spain is that this model spread to other activities any people acted frivolously, with external financing, in order to keep a two-figure growth and exorbitant capital gains, sometimes thanks to financial engineering. Ambition is one thing, which is normal for any business person with aspirations, but greed is another thing, and it clouds people?s judgement. Thus, the time has come to get rid of bad habits in business, because as Heine said, after great tragedies, we always end up blowing our nose. Nº 153 Febrero 2009

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