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Página 3 del número 150, de noviembre de 2008

editorial 22/10/08 09:49 Página 1 Plan de rescate o beneficencia os esperan unos meses -¿tal vez años?- en los que desaparecerán numerosas empresas de todos los sectores. En este tótum revolútum de las economías regional, nacional e internacional, principalmente agitado en los mercados financieros, empieza a florecer una clase de empresario que quiere sacar beneficio de la actual fiebre de intervencionismo público al intentar confundir planes de rescate con la beneficencia, para su propio bolsillo se entiende. Cada vez que un hombre de negocios dice que hay que salvar su empreAlberto Cagigas sa al borde de la quiebra por el interés general, me echo la mano a acagigas@castillayleoneconomica.es la cartera, porque con esa peregrina argumentación lo que busca es, sencillamente, que la Administración de turno, aquí casi siempre la Junta, ponga el dinero suficiente para mantener la agonía de la empresa. Ya verán ustedes cómo a corto plazo -y a medio si la desaceleración económica se convierte en recesión, que parece que sí- aumentará la presión sobre el Ejecutivo regional, las cajas de ahorro y los instrumentos de apoyo financiero diseñados por la Consejería de Economía y Empleo (sociedades y fondos de capital riesgo y sociedad de garantía recíproca) para que respalden con dinero a empresas moribundas. ¿Qué hacer en esos casos? Pues dejar que desaparezcan, porque les recuerdo que el presupuesto de la Junta se surte de los impuestos de los contribuyentes, los recursos de las cajas se generan gracias al ahorro de sus clientes y el capital de los instrumentos de apoyo financiero también procede de los contribuyentes, los ahorradores y los inversores particulares. Sólo se debe ir al rescate de una compañía, a mi entender, cuando sus actuales propietarios vendan su accionariado a otro empresario interesado en el proyecto, exista un plan de viabilidad fiable y los fondos sean destinados por las entidades financieras, el capital riesgo o mediante avales, es decir, que haya un compromiso de devolver ese capital con los correspondientes intereses. Insisto, si no hay un sólido plan de viabilidad, es mejor que la tambaleante empresa cierre sus puertas, porque de lo contrario estamos premiando la incompetencia al destinar unos recursos a quien lo hace mal, a cambio de restringir fondos a los empresarios que necesitan más dinero para mantener el crecimiento de sus negocios. En estas operaciones para levantar empresas, otra condición debería ser que el equipo directivo se fuera a la p... calle (casi me sale el famoso exabrupto del refunfuñón Antúnez en Cámera Café). Recuerdo que un empresario, que ha montado su corporación a base de comprar empresas en quiebra para luego relanzarlas, me dijo que una de las primeras medidas que adoptaba no era recortar el número de trabajadores, sino despedir a los ejecutivos de la sociedad absorbida: ?cuando alguien te ha demostrado su ineficacia, es mejor no insistir. Además, no veas el dinero que te ahorras en sueldos de dudosa justificación dados los resultados?. En este turbulento ejercicio hemos asistido a varias crisis de empresas, que han tenido como denominador común la presión sobre la Junta de Castilla y León y las cajas para respaldar a esas firmas sin tener un plan de viabilidad claro. En algunos casos, han sido empresarios de esos sectores quienes se han hecho con las riendas de las compañías, eso sí, con un plan de negocio y jugándose su dinero. Ésa es la salida natural que debe buscarse para las compañías en dificultades, porque lo contrario es dilapidar el dinero de los contribuyentes y de los ahorradores. Confiemos en que nuestros gobernantes y gestores de cajas tengan la cabeza fría en una coyuntura donde van a sufrir presiones para mantener empresas agónicas, que en algunos casos además se escudan en el provincianismo más rancio para reclamar privilegios que les blinden de la ley del mercado. Con unos presupuestos restrictivos por la merma de los ingresos y un índice de morosidad en continuo crecimiento no creo que ni la Junta ni las cajas tengan intenciones de convertirse en ONG?s para salvar negocios en vías de extinción. N Director Alberto Cagigas Directora Comercial Luisa Alcalde Departamento Comercial Juana Daldea Víctor García Diseño Gráfico Marta Higuera Corresponsales Ávila Antonio Mayoral Burgos César Presto León Nuria González Palencia Alberto Abascal Salamanca Elena Cordero Segovia Fernando Aranguren Soria Saturio Ugarte Zamora Óscar Alonso Motor Santiago Garnica Fotografía Ana Rodríguez de la Vega Consejo Editorial Roberto Escudero, Francisco Ledesma, José Andrés Lorenzo, Juan Carlos de Margarida, Victoriano Martín, Olga Ogando, José del Ojo, José Ramón Perán, Carlos Sánchez-Reyes, Antonio de Santiago, José Miguel Useros Edita EDICIONES LA MESETA S.L. C/ Miguel de Unamuno, 96 47008 Valladolid Telf: 983 01 81 81 Fax: 983 01 81 82 redaccion@castillayleoneconomica.es Suscripciones Telf: 983 01 81 81 Web www.castillayleoneconomica.es Imprime PrinterMan Depósito Legal VA-247-1996 ISSN 1136-3096 Nº 150 Noviembre 2008

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