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Página 42 del número 147, de agosto de 2008

pg42-44 14/7/08 11:33 42 43 Página 1 opinión ¡Vaya plan! Esther García Espinosa Economista na de las tareas que más satisfacciones profesionales me ha reportado y que me sigue enganchando cada día es el trabajo con emprendedores. No sé si será porque la ilusión que traen los nuevos empresarios se me contagia y me trae aires de renovación o porque siento que es nuestra pequeña contribución al crecimiento económico. Lo considero un privilegio. Así que ya que me toca escribir en este espacio, voy a volver a hablar de lo que más me gusta: el autoempleo. Antes, quienes aparecían por mi despacho con la idea de montar una empresa, lo tenía bien claro. Había dos requisitos fundamentales para montar un negocio: saber hacer bien algo y tener el dinero suficiente. Si era, por ejemplo, una peluquería, la muchacha (antes siempre eran chicas) en cuestión estaba en poder de un título de formación profesional, tenía al menos algo de experiencia en la profesión y ahorros, algo prestado de la familia y un préstamo del banco de toda la vida. Se tiraba a la piscina y normalmente salía bien. Casi nadie estaba dispuesto a pagar ningún análisis sobre la viabilidad de un nuevo negocio. Nuestro trabajo era el de meros tramitadores de permisos municipales y altas administrativas. Con unas cuentas sencillas para calcular el beneficio y algún consejo financiero, el asunto estaba concluido. U Plan de empresa Ahora, es condición imprescindible para cualquier nuevo empresario hacer un plan de empresa. Sin él no hay financiación que valga, ni ayuda, ni subvención, ni permiso de trabajo por cuenta propia, ni nada de nada. Aquí es donde nuestra tarea ha cambiado radicalmente, se ha hecho mucho más compleja y más técnica, incluso interdisciplinar. Lamentablemente, casi ningún emprendedor hace el plan de empresa por motivación propia, sino porque las instituciones privadas y publicas así lo exigen. Las públicas como parte de varios programas que en nuestra región existen y cuya finalidad principal es impulsar la creación de empresas y el autoempleo. Las privadas, en especial las instituciones financieras, como medio de analizar la posible rentabilidad de un negocio, y porqué no, el grado de compromiso del emprendedor con su nueva empresa. Visto que resulta obligado, habrá que hacerlo, pero ¿qué es un plan de empresa? Debe ser un documento que describa y analice una idea empresarial y su viabilidad técnica, comercial y económica. En muchas ocasiones, se olvida que al mismo tiempo debe contener la estrategia adecuada para convertir esa idea en un proyecto concreto y también se olvida que hemos de hacer estos cálculos y análisis en tres escenarios: que todo nos sea favorable; que algo vaya bien y algo mal; y que todo nos sea desfavorable. Si conseguimos que el plan sea viable en condiciones desfavorables, tenemos casi asegurada la supervivencia de la empresa. También la mayoría de los planes se hacen en horizontes temporales muy cortos, normalmente un año, cuando deberían hacerse al menos a tres años vista, para que haya tiempo a desarrollar completamente la estrategia elegida. En la mayoría de los casos, el plan se realiza antes de iniciar operaciones, se presenta en las administraciones que nos van a dar subvenciones y en los bancos y cajas que nos van a financiar. Y se olvida después. El empresario o equipo promotor puede, sin embargo, analizar a posteriori qué aspectos del inicial plan de empresa se han cumplido y cuáles no, dónde se han producido las desviaciones y porqué y utilizar el plan como herramienta de planificación en el medio y largo plazo. Reivindico el plan como primer peldaño en la planificación estratégica empresarial. En su elaboración debemos de tener en cuenta todos los aspectos de nuestro negocio y que sea coherente. Modelos A la hora de hacer un plan de empresa, hay infinitos modelos para elegir, aunque todos coinciden en los siguientes aspectos clave: - Analizar la idea. La idea debe estar clara y perfectamente definida y debe centrarse en una necesidad y no en un producto o servicio. Por ejemplo, debemos centrarnos en satisfacer la sed (las personas siempre tendremos sed) e idear productos para ello. De esta manera, siempre tendremos posibilidades de innovación, diversificación y crecimiento. - Analizar el mercado. Hemos de buscar grupos desatendidos y potenciales clientes con necesidades específicas que podamos satisfacer a través de nuevos productos o servicios. - Plan comercial. Debe centrarse en analizar qué hacemos mejor que la competencia y cómo podemos mantener esa venNº 147 Agosto 2008

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