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Página 3 del número 122, de julio de 2006

editorial 20/6/06 09:09 Página 1 OPINION Pónganos también café, copa y puro econozco que el proceso de las reformas de varios Estatutos de Autonomía me ha producido hartazgo en primer lugar, luego hilaridad - en el caso del catatán, el período de negociaciones y la campaña del referéndum me recuerdan a las mejores obras de algo tan español como el esperpento- y, por último, preocupación, porque del café para todos acuñado por el entonces ministro de la UCD, Manuel Clavero, para dar cabida a las aspiraciones de todas las regiones e intentar no crear unos territorios de primera y otros de segunda, hemos pasado a que unos pocos quieren carajillo, copa, puro Alberto Cagigas y después echar una partidita de mus y que los demás se conformen con acagigas@castillayleoneconomica.es ver los órdagos. Detrás de esas aspiraciones nacionalistas se esconde como siempre el dinero, que es mucho más importante que las reivindicaciones históricas o las señas de identidad de un pueblo. No sé ustedes, pero no termino de cuadrar las cuentas. Según las prensa salmón, cinco comunidades autónomas (Cataluña, Baleares, Andalucía, Galicia y la Comunidad Valenciana) hipotecan en sus nuevos estatutos el 57% de la inversión estatal anual, o dicho de otra manera, las otras autonomías deben luchar por conseguir un mínimo porcentaje del 43% restante. Y claro, Castilla y León se encuentra en este segundo grupo, con el agravante de que justo en 2007 dejamos de recibir cuantiosos fondos de la UE al salirnos de las regiones Objetivo 1. La intención de nuestros gobernantes era compensar esa pérdida de ingresos pidiendo un incremento a Papá-Estado, pero resulta que ya tiene comprometida la propina con otros vástagos más avariciosos y pedigüeños. A este paso, la Carta Magna va a quedar más como un libro de ciencia-ficción que una Ley fundamental del Estado. Veamos qué dice en el Título Preliminar, artículo 2: ?La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas». Como sigamos por la actual senda, acabaremos teniendo un estupendo libro de literatura fantástica. Como ya saben, Castilla y León -junto con Aragón, Canarias, Castilla-La Mancha, La Rioja, Asturias y Murcia- afrontan en sus parlamentos la reforma de sus estatutos, en los que lógicamente quieren copiar en el apartado económico los modelos ya aprobados para no quedar como unos parias. El problema es que el Estado no tiene unos recursos ilimitados, por lo que me da la sensación de que quien llegue el último se va a encontrar con las arcas vacías. Ni solidaridad ni subsidiariedad, sino que el principio que impera es la rapiña de los presupuestos estatales. No sé otras regiones -por cierto, leo con sorpresa que el nuevo Estatuto de Autonomía de Baleares tiene entre sus puntos claves la reclamación al Estado de una deuda histórica de 3.000 millones de euros por el déficit de infraestructuras, cuando esas islas han liderado el crecimiento español durante muchos años y disfrutan de una convergencia real con la UE-, pero Castilla y León se juega el futuro en estos dos frentes: en las negociaciones ante la UE para diseñar el reparto de fondos para los próximos siete años y en la reclamación de más dinero a Madrid en el nuevo Estatuto que salga aprobado de las Cortes Regionales. Ante la voracidad de los demás, no hay que ser ni cautos ni prudentes, y como mínimo se debe incluir un mecanismo como la cláusula Camps en la Comunidad Valenciana, que consiste en que cualquier ampliación de las competencias de las otras comunidades autónomas será de aplicación en la valenciana. Con este panorama, los políticos castellanos y leoneses se enfrentan a una de las coyunturas más complejas de nuestra reciente historia para defender los intereses de una comunidad autónoma que nunca se ha destacado por sus reivindicaciones. Ójala que en los próximos meses no nos tengamos que acordar de Heródoto, cuando dijo: ?la peor de las penas humanas es prever muchas cosas y no tener ningún poder sobre ellas?. R Director Alberto Cagigas Directora Comercial Luisa Alcalde Departamento Comercial Juana Daldea Víctor García Diseño Gráfico Marta Higuera Corresponsales Ávila Antonio Mayoral Burgos César Presto León Nuria González Palencia Alberto Abascal Salamanca Elena Cordero Segovia Fernando Aranguren Soria Saturio Ugarte Zamora Óscar Alonso Motor Santiago Garnica Fotografía Ana Rodríguez de la Vega Consejo Editorial Roberto Escudero, Francisco Ledesma, José Andrés Lorenzo, Juan Carlos de Margarida, Victoriano Martín, Olga Ogando, José del Ojo, José Ramón Perán, Carlos Sánchez-Reyes, Antonio de Santiago, José Miguel Useros Edita EDICIONES LA MESETA S.L. C/ Miguel de Unamuno, 96 47008 Valladolid Telf: 983 01 81 81 Fax: 983 01 81 82 redaccion@castillayleoneconomica.es Suscripciones Telf: 983 01 81 81 Web www.castillayleoneconomica.es Imprime PrinterMan Depósito Legal VA-247-1996 ISSN 1136-3096 Nº 122 Julio 2006 OPINION

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