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Página 88 del número 120, de mayo de 2006

pg.86-88 88 89 19/4/06 11:28 Página 2 opinión aparecido múltiples centros de formación e innumerables cursos especializados en temas de calidad, empresas de asesoramiento especializadas en diferentes sectores, así como pequeñas entidades de certificación creadas para satisfacer las necesidades locales, y con sistemas de acreditación no tan exigentes como los existentes con anterioridad. Quizás tenemos que volver al principio, y pensar para qué sirve la certificación. Evitar competencia desleal La certificación sirve para evitar la competencia desleal, para fijar criterios de mínimos que las empresas deben de cumplir, para poder dar confianza a los mercados. Para que todo esto se produzca, la credibilidad del sistema de certificación debe de estar muy por encima de intereses políticos y localistas, ya que en caso contrario, no se consigue el resultado esperado. Quizás el crecimiento de todo el sector se haya visto fuertemente impulsado por los fondos comunitarios de cohesión de los que hemos disfrutado en nuestra comunidad autónoma en los últimos diez años. Nuestros retos para los próximos años son claros y conocidos por todos, los fondos de cohesión desaparecen y tenemos que hacer frente a la entrada de nutrido grupo de nuevos países en la Unión Europea, capaces, en la mayoría de los casos, de producir productos aparentemente similares a los nuestros y en muchas ocasiones a precios competitivos. Sin ninguna duda, nos enfrentamos a un nuevo reto. El tiempo nos dirá si los esfuerzos realizados en materia de diferenciación han sido suficientes como para sobrevivir en un mercado libre con nuevos competidores cuya diferenciación inicial va a ser el precio. En los próximos años, se reducirá el número de empresas que trabajan en el sector, se producirán fusiones y adquisiciones, desaparecerán aquellas figuras de calidad que no hayan logrado su objetivo de dar valor añadido al producto y facilitar su venta. Durante diez años, y gracias en parte a las fuertes inversiones de la Junta de Castilla y León, se han establecido las bases para que nuestra economía pueda funcionar libre sin la necesidad de flujos de capital no generados por el propio mercado. Tras un par de años propios de la regulación producida por la reducción de capital en circulación, auguro una evolución del mundo de la calidad asociado directamente a la economía de nuestra comunidad autónoma, por lo que una vez establecidos los cimientos continuar con la construcción será lógicamente más sencillo. Nº 120 Mayo 2006

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