Página 48 del número 120, de mayo de 2006
pg.48-50 48 49 19/4/06 17:04 Página 1 opinión La empresa familiar en Castilla y León amos avanzando. En la última década hemos logrado entre todos que se conozca y se reconozca la labor de las empresas familiares en Castilla y León. La importancia de este tipo de compañías, que refrendan los datos estadísticos en cuanto a su aportación al PIB y el empleo de la región, las convierten en el motor de la economía productiva de nuestra región. Esta apuesta en alto por la empresa familiar, no obstante, ha de ir acompañada de una serie de acciones relevantes con el fin de superar los actuales retos que nos presentan unos mercados cada vez más exigentes y gloCarlos Tejedor balizados. En primer lugar, la empresa familiar Presidente de Empresa debe considerar la formación como la Familiar de Castilla y León piedra angular de su diferenciación, como una pieza de su estrategia tan básica como las demás. Formación empresarial y formación familiar. Desde el punto de vista de la gestión, los empresarios hemos de ser conscientes de la obligación que tenemos en conseguir de nuestros colaboradores y equipos un engranaje capaz de aportar el máximo valor añadido a nuestras compañías. Pero no es menos cierto que en la empresa familiar no hemos de olvidar ni mucho menos la formación de nuestros familiares, aquéllos que no participan directamente en la gestión, pero que han de estar tan involucrados en el proyecto tanto como los que trabajan. Los que tenemos responsabilidades de dirección en la empresa familiar hemos de tener una labor proactiva en este punto, aportando dedicación y recursos para tal fin, de manera que logre- V mos ser capaces de conseguir que nuestros familiares lleguen a ser unos buenos accionistas y responsables con su misión en la empresa y, por qué no, puedan convertirse en unos magníficos consejeros de administración. En segundo lugar, tenemos el desafío de la dimensión. En Castilla y León nuestras empresas tienen un problema de tamaño que provoca la dificultad de salir al exterior y competir con empresas de otros países. De hecho, sólo el 4% de los mayores grupos empresariales de España son de nuestra comunidad autónoma. Por tanto, hemos de reflexionar, dependiendo de cada sector y coyuntura, sobre la dimensión adecuada que deben adquirir nuestras empresas. No se trata de crecer por crecer, sino de adecuar el tamaño a las exigencias del mercado. ?Cultura emprendedora? En tercer lugar, los propios empresarios, y especialmente las asociaciones empresariales, debemos hacer algo más para crear la tan manida cultura emprendedora. ¿Cómo empezar? Comenzando por una creación de estado de opinión favorable de la empresa y de la imagen del empresario, después contribuyendo al reconocimiento social y público de la labor empresarial, continuando por una formación e información constante y apasionada entre nuestros jóvenes del valor de ser emprendedor. Difícil, sí, pero no menos necesario. Es lo que necesita nuestra tierra; una apuesta por introducir estos cambios culturales porque lo demás ya lo tenemos: ayudas, acceso a financiación e información, organizaciones que apoyan, políticas económicas adecuadas, etc. En cuarto lugar, no hemos de olvidarnos -ni empresas ni Administración- de la importancia que tiene la apuesta decidida por la investigación y el desarrollo ya Nº 120 Mayo 2006