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Página 3 del número 108, de mayo de 2005

OPINIÓN Director Alberto Cagigas Directora Comercial Luisa Alcalde Departamento Comercial Juana Daldea Víctor García Diseño Gráfico Marta Higuera Corresponsales Ávila Antonio Mayoral Burgos César Presto León Nuria González Palencia Alberto Abascal Salamanca Elena Cordero Segovia Fernando Aranguren Soria Saturio Ugarte Zamora Óscar Alonso Motor Santiago Garnica Fotografía Ana Rodríguez de la Vega Consejo Editorial Roberto Escudero, Francisco Ledesma, José Andrés Lorenzo, Juan Carlos de Margarida, Victoriano Martín, Olga Ogando, José del Ojo, José Ramón Perán, Carlos Sánchez-Reyes, Antonio de Santiago, José Miguel Useros Edita EDICIONES LA MESETA S.L. C/ Miguel de Unamuno, 96 47008 Valladolid Telf: 983 01 81 81 Fax: 983 01 81 82 Correo electrónico redaccion@castillayleoneconomica.es Suscripciones Telf: 983 01 81 81 Web www.castillayleoneconomica.es Imprime Gráficas Calima Depósito Legal VA-247-1996 ISSN 1136-3096 La región ascensor E stuvo muy ocurrente el jefe del Ejecutivo autónomo, Juan Vicente Herrera, al afirmar en Bruselas que Castilla y León puede convertirse en una región ascensor en el mapa de la UE. Unos años deja de ser Objetivo 1 por la buena gestión de los fondos comunitarios y durante el siguiente período vuelve a la división de las zonas más pobres, aquéllas que no superan el 75% de la renta media de la UE, al cerrársele el grifo de las subvenciones. El símil futbolístico -y que perfectamente entienden los aficionados del Numancia, Salamanca y Valladolid- refleja el peligro que se cierne sobre una tierra que ha cumplido con los deberes, pues según los últimos datos publicados por Eurostat, Castilla y León alcanzó en 2002 el 87,8% del PIB per cápita de la Europa de los 25, aunque si eliminamos el efecto estadístico de la ampliación a los países del Este, el porcentaje se reduce al 78,4%. Es decir, dejamos el grupo de los menos desarrollados, pero por los pelos en la anterior configuración de la UE. Por eso, nuestros políticos defienden en Bruselas que la reducción de fondos a partir de 2007 no sea drástica y que nuestra región cuente con un período transitorio durante 2007-2013. La Junta y la oposición aspiran al 50% de los recursos europeos recibidos en 2000-07, que rozaron los 4.900 millones de euros. Pero los euroburócratas ya han insinuado que ellos manejan otras cifras y que ese porcentaje se puede reducir incluso hasta el 15%. Para que nos entendamos, Castilla y León puede pasar de recibir 2.450 millones de euros en los próximos siete años a quedarse con sólo 735 millones de euros. Si se confirman los peores presagios, el desarrollo económico de los castellanos y leoneses ha sido una victoria pírrica. Como la solidaridad europea mira ahora a los países del Este, más vale acompañar las reivindicaciones ante Bruselas de la adopción de una serie de medidas para mantener el flujo de capital hacia estos pagos. En primer lugar, la inversión empresarial extranjera está demasiado concentrada en la UE, de donde procede más del 97% del dinero destinado a Castilla y León, cuando la media española es del 61,5%. A la hora de buscar nuevos inversores, conviene ir más allá de las fronteras de la Eurozona. Los viajes de Herrera a EE UU y de Villanueva a Japón respaldan esa tesis. Como ya no podemos permanecer sentados a que nos lluevan las ayudas comunitarios, a partir de 2006 hay que cambiar de mentalidad e ir a buscar el dinero. Los fondos programados serán mínimos, pero no los presupuestos comunitarios para apoyar el dinamismo empresarial, del que la Vieja Europa no anda precisamente sobrada si se la compara con EE UU o China (por cierto, el FMI acaba de vaticinar que en 2005 la economía norteamericana crecerá un 3,6%, la del gigante asiático un 8,5% y la de la Eurozona sólo un 1,6%). Para beneficiarse de los programas de Bruselas, nuestras empresas deben cambiar de cultura y competir para acceder a ese dinero. Debido a la escasa dimensión de las compañías regionales, para salir fuera de las fronteras sólo caben dos Nº 108 Mayo 2005 Alberto Cagigas acagigas@castillayleoneconomica.es caminos: o ahondar en las fórmulas de colaboración (acuerdos de producción conjunta, I+D compartida, UTEs, consorcios de exportación o joint ventures) o aumentar de tamaño para poder competir con ciertas garantías frente a las multinacionales. Un ejemplo de la segunda vía es el objetivo de Empresa Familiar de Castilla y León de incrementar la dimensión de sus negocios asociados o el próximo Programa 500 Empresas de la Consejería de Economía y Empleo. Ante el recorte de fondos comunitarios, la apertura de los mercados, el aumento de la competitividad y el acoso de las potencias emergentes, las reivindicaciones políticas en Bruselas deben de complementarse con medidas económicas diseñadas pensando en el peor de los escenarios. Sólo así evitaremos ser una región ascensor y descender de categoría. Porque, la verdad, de momento no nos veo en la Champion League. 3

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