Página 3 del número 107, de abril de 2005
OPINIÓN Director Alberto Cagigas Directora Comercial Luisa Alcalde Departamento Comercial Juana Daldea Víctor García Diseño Gráfico Marta Higuera Corresponsales Ávila Antonio Mayoral Burgos César Presto León Nuria González Palencia Alberto Abascal Salamanca Elena Cordero Segovia Fernando Aranguren Soria Saturio Ugarte Zamora Óscar Alonso Motor Santiago Garnica Fotografía Ana Rodríguez de la Vega Consejo Editorial Roberto Escudero, Francisco Ledesma, José Andrés Lorenzo, Juan Carlos de Margarida, Victoriano Martín, Olga Ogando, José del Ojo, José Ramón Perán, Carlos Sánchez-Reyes, Antonio de Santiago, José Miguel Useros Edita EDICIONES LA MESETA S.L. 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Al final, acabó vendiendo la compañía a la gallega Gadisa y su caso pasó a engrosar la lista de cadenas de distribución de capital regional vendidas, como Cenco, Tragoz, Sagara o Almacenes Sendino. En ese período, incluso había una Asociación para el Desarrollo de la Distribución de Castilla y León, que intentaba apuntalar los pilares de un sector regional en derrumbe. En el artículo, el veterano empresario decía que la distribución debía de ser considerada como un negocio estratégico, pues era el canal para comercializar y promocionar los productos agroalimentarios de la variada despensa castellana y leonesa. Y ponía como ejemplo a las grandes superficies francesas, donde en sus lineales aparecen mejor ofertados los alimentos galos en detrimento de los españoles. Desde esa fecha, la evolución del sector ha sido trepidante, con un proceso de concentración que ha provocado que pocos agentes controlen un elevado porcentaje del negocio. Ante esa situación, la Junta, a través de la Consejería de Economía y Empleo, quiere impulsar la creación de un distribuidor regional para potenciar la comercialización de los productos castellanos y leoneses. La operación en fase de estudio -al menos al cierre de esta edición no estaba firmada- es loable, ya que se pretende alcanzar un acuerdo con CVC Capital Partners para comprar Supermercados El Árbol a través de Madrigal -la sociedad de inversión constituida por las seis cajas de la región-. El objetivo es hacerse con el control de la novena compañía de distribución y sexta cadena de supermercados de España, cuya sede se encuentra en Valladolid. En la actualidad, El Árbol tiene 417 establecimientos en Castilla y León, Asturias, Cantabria, Galicia, Extremadura, Murcia y Almería. Y lo que es más importante, acaba de presentar su balance de 2004 con un beneficio neto de seis millones de euros gracias al plan de reestructuración puesto en marcha hace dos años para superar su crisis financiera. Aparte de Madrigal, en esta operación se quiere implicar a los actuales directivos de El Árbol, que pasarían a aumentar su participación en la compañía, y a un grupo de empresarios de la región. Nadie duda de que esa red de supermercados constituye un atractivo escaparate para nuestra huérfana industria agroalimentaria, pero antes hay que convencer a los ejecutivos de la sociedad de capital riesgo británica CVC Capital Partners de que vendan, y a un precio ajustado, el 80% de El Árbol. Hasta ahora, el problema no había sido afrontado, pese a que la falta de un potente distribuidor regional es vital para una agroalimentación que presume de ser la tercera potencia del país -sólo por detrás de Cataluña y Andalucía- y Nº 107 Abril 2005 Alberto Cagigas acagigas@castillayleoneconomica.es que posee medio centenar de marchamos de calidad, entre indicaciones geográficas, denominaciones de origen y marcas de garantía. Esta situación no ocurre en otras comunidades autónomas: Galicia cuenta con Gadisa, el País Vasco con Eroski, Cataluña con Caprabo y la Comunidad Valenciana con Mercadona. En las estanterías de estos establecimientos prevalecen los alimentos de su comunidad autónoma sobre los de otras zonas. Durante los últimos años, la agroalimentación ha contado con numerosos fondos públicos para mejorar su sistema productivo y su imagen, pero para llegar al consumidor final antes deben de negociar con las grandes cadenas de distribución, que les atornillan al máximo para reducir los precios o les obligan a destinar un elevado porcentaje de la producción a las marcas blancas. Con esa presión, los márgenes se reducen y se frena el dinamismo de la industria agroalimentaria. Por eso, echamos en falta un gran tendero castellano y leonés que coloque nuestros productos en los mejores sitios de las estanterías. 3
